martes, diciembre 13, 2011

Nepotismo en Bariloche


La mujer de César no sólo debe ser honrada, además debe parecerlo. Esta célebre frase atribuida a Cayo Julio César, a propósito de la sospecha de un encuentro amoroso de su mujer Pompeya Sila, ha sido tomada históricamente como un paradigma de la formulación ética. Incluso podría decirse que alcanzó cierto grado de cotidianeidad como una de las guías de conducta individual.
Pero al parecer ha dejado de ser así y ya no importa demasiado con qué ojos ven los demás las conductas propias. Esto es así especialmente en los medios políticos, donde a menudo asistimos a toda clase de indignidades. Así, algunos, confiesan con naturalidad pasmosa, actitudes que en otros momentos los hubieran expuesto al escarnio público.
El Sr. Omar Goye, que acaba de ser ungido intendente de San Carlos de Bariloche (ganó la elección, es cierto) recibió una ciudad con arcas exhaustas, producto mayormente de la dura crisis que originó la erupción del volcán del Cordón Caulle. Y lo primero que anunció fue que no comprometería las finanzas de la ciudad adquiriendo más de 42 hectáreas para viviendas sociales, operación que fue aprobada de urgencia en la última sesión del Concejo deliberante saliente. Bien…entonces: coherencia. Lamentablemente, su segunda decisión fue el anuncio de creación de una suerte de Casa de Bariloche en Buenos Aires, en la avenida de Mayo, aparentemente para el seguimiento de gestiones que haya que hacer ahí y para “atender las necesidades de los barilochenses en Buenos Aires” (¿?). El tiempo dirá si es o no de utilidad esa delegación. Lo verdaderamente malo de esto – además del gasto- es que el Sr. Goye dispuso que a cargo de esa “sucursal” esté su hija.
Sea como sea que observemos esta decisión, estamos –hay que decirlo- frente a una clara situación de nepotismo. Apelemos aquí a la Real Academia para no ser sospechosos de improvisar y digamos que nepotismo significa …”desmedida preferencia que algunos dan a sus parientes para las concesiones o empleos públicos”. No hay tu tía. No hay atenuantes. Guste o no, el nepotismo es un acto de corrupción.
El Sr. Goye, ante este anuncio, quiso convencer a la prensa (que no cuestionó nada a decir verdad) de que había elegido a su hija, palabra más palabra menos… "porque es una persona de su confianza, preparada y apta para desarrollar el cargo”. Los signos de admiración del idioma español son insuficientes para destacar lo insólito de este comentario.
El Sr Goye venía preparado para el cuestionamiento y su insólita respuesta se ajusta a una concepción de nepotismo a la que cualquiera puede acceder vía Google. Es decir que no hay tal cosa cuando una persona es apta para un cargo, al margen de las suspicacias que puede despertar un nombramiento.
Aquí pensamos que el Sr Goye se esperaba una crítica por la creación de esa delegación en Buenos Aires y por colocar ahí a su hija y se anticipó a preparar un argumento con el que hacerle frente.
¿Por qué hace esto el Sr. Goye?. Sencillamente porque el estado de la ética en la sociedad lo habilita. La corriente presidencial a la que adhiere baja hacia sus acólitos una forma de encarar lo público, como si fuera de propia pertenencia. El Sr Goye afronta su cargo como la presidenta hace con el suyo, como proveniente del derecho divino, no como un mandato transitorio.
Es evidente que al nuevo intendente no le hace mella aquello del César y resulta preocupante la soltura con la que tomó una de sus primeras decisiones. Con toda justicia puede suponerse acaso que ése sea el tono que marque su gobierno de la ciudad. Lamentable, porque estará apoyado con una mayoría legislativa que podría convalidar cualquier atropello.