Así que Antonini Wilson, al final, sí estuvo en la Rosada, según habían afirmado algunos testigos y le porfió a Aníbal Fernández el periodista Nelson Castro en una entrevista a propósito del escándalo de la valija con los 800 mil dólares. (http://www.youtube.com/watch?v=Zi4NZjD0m6k)
La enfática negativa del ministro de la sensación de inseguridad, con su habitual cara de póker, ahora se derrumbó ante la aparición de un video de Canal 7. Y siguiendo la propia lógica de AF, debería renunciar, como acaba de reclamarle a Mauricio Macri por el escandalete de las escuchas telefónicas.
Porque o las cosas le pasan por el costado sin que se entere o definitivamente mintió creyendo que no existían rastros de los pasos de Wilson por Gobierno, hipótesis ésta poco creíble.
Lo curioso de la aparición de ese video en manos de la Justicia –de acuerdo a lo que indican las crónicas- es que sucede apenas unas horas después de que el Congreso convirtió en ley la extracción compulsiva de ADN para la investigación de los casos de desapariciones, una norma aparentemente a medida de los hijos de Ernestina Herrera de Noble, la dueña de Clarín.
Y más extraño todavía es que el video en cuestión sea de Canal 7, desde donde el Gobierno maneja operaciones a su antojo.
A estas horas el canal oficial ya debe haberse convertido en un tembladeral. Y más: también en las entrañas del poder, como les gusta decir a los columnistas políticos.
La interrogante es cómo saldrán los K de este entuerto, después de las bravuconadas de pedir la extradición de Antonini para que aclarara su afirmación de que había estado en la Rosada en el acto con Chávez. Porque esa presencia gruesa, ominosa, asocia la valija con los fondos para la campaña de CFK, una afirmación que el Gobierno siempre calificó de infundada.
jueves, noviembre 19, 2009
El caradura
miércoles, noviembre 18, 2009
El boludo
Cuando se examinan detalladamente La Historia de la Estupidez Humana, de Paul Tabori, el Elogio de la Estupidez de Erasmo de Rotterdam, o incluso algunos de los principios de Teoría de la Estupidez de Carlo Cipolla, no queda más que llegar a alguna de las penosas siguientes tres conclusiones sobre sí mismos: somos completamente estúpidos, a veces somos estúpidos, o fuimos y nos comportaremos en el futuro como tales en alguna oportunidad. Es así. Es una experiencia lamentable. Siempre y cuando abordemos la cuestión con honestidad. No cabe la posibilidad de que nuestra conclusión sea que no somos estúpidos. En ese caso solamente estaremos reconociendo de manera implícita que pertenecemos de pleno a la primera de las categorías anteriores.
Como sea, hay una cuestión de escalas contenida en esas conclusiones. La estupidez puede ser peligrosa para sí mismo y para terceros y muy dañina si el estúpido en cuestión ostenta algún grado considerable de poder.
Esta introducción viene a propósito de las declaraciones de Eduardo Arnold, ex vicegobernador de Santa Cruz de Néstor Kirchner durante dos períodos, reproducidas hoy en el diario Perfil on line (http://www.perfil.com/contenidos/2009/11/17/noticia_0034.html).
Arnold dijo: “Kirchner cuando era un muchacho, no se si no será todavía, era muy boludo”. Y explicó que hace muchos años comenzó a escribir un libro - “La venganza del boludo”- con anécdotas y circunstancias que le han tocado vivir al lado de Kirchner y otras que se fue enterando por el círculo íntimo, al cual aseguró que “nunca pertenecí”.
El libro nunca fue publicado, razón por la que Arnold nos ha privado de un interesante material de trabajo. Tal vez cambie de opinión.
Aunque se trate de un exceso, no está de más indicar para seguir el hilo del tema, que boludo es para los argentinos el sinónimo enfático de estúpido. Y aquí muchos estarán tentados de señalar que si NK llegó adonde está no es precisamente por ser boludo.
Indiquemos que para el referido Cipolla una persona puede ser estúpida independientemente de cualquier otra de sus características. Y entre quienes lo han comentado se reflexiona que la conquista del poder puede atribuirse a la habilidad y la audacia. O la suerte. O a que alguien subestimó el peligro de que un estúpido alcanzara el poder. Recordemos que fue Eduardo Duhalde quien hizo posible la llegada de NK a la presidencia.
Digo todo esto porque a principios de octubre esbocé algunas líneas con los perfiles de los dos Kirchner y como cualquiera que escribe habitualmente decidí retener los textos. No estaba del todo seguro sobre las conclusiones.
Pero con las declaraciones de Arnold y una cuota de mi propia estupidez, van a continuación.
Perfiles…, o lo que todavía nos espera (primera parte)
Es un poco “disgusting”, pero se trata solamente de un ejercicio para divertir. Consiste en ponerse por un rato en la piel de los K. Tratar de extraer un mensaje para nuestro futuro, a partir de lo escaso que conocemos de sus reacciones y personalidades y de cómo se han manejado ante favores y adversidades varias a lo largo de los últimos años. También agregando algún dato de la realidad actual. Todo suma.
Empecemos y no se pida aquí un orden académico, porque no estamos en condiciones. Es una improvisación, una experiencia analítica “fatta in casa”. Ante las objeciones diremos: por qué no. De hecho siempre lo hacemos con el resto de los congéneres. Y en base a tales precarias conclusiones adoptamos actitudes, de amor, de rechazo, de envidia “and all that crap”. Y usaremos aquí –como ya se habrá visto- cuando cuadre, expresiones de inglés pertinentes; no para darnos lustre, sino porque suelen algunas ser maravillosas.
Y antes de que me olvide por completo (nótese que pasé a la primera persona) me ocuparé en este tramo de algunos rasgos del ex. Y menos mal que no es creyente (algo le habrán hecho los curas a juzgar por el encono que les dispensa), porque consta que padece del peor de los pecados capitales–mas no el único-, según la religión cristiana y un documental de History Channel que pasaron esta noche: la IRA. La demuestra a menudo en sus apariciones públicas, cuando se descontrola y las diosas de la fortuna no le son favorables; y trasciende que también en privado cuando los acontecimientos no se acomodan a sus intenciones. Recuerden que el 28 de junio, tras haber perdido, la emprendió a las piñas limpias contra las paredes. En el documental en cuestión un especialista en temas neurológicos decía que a los individuos que padecen de IRA les falta material en un lóbulo frontal del cerebro. Si es así, tenemos otra carencia, además del estrabismo y el defecto en el habla, proveniente seguramente de un paladar alto –denominado ojival-, probablemente originado en el uso excesivo de chupete, pero no De la Rúa.
¡No se ría de los defectos ajenos!, clamará algún hipotético lector indignado. Pero si no me río, simplemente los señalo. Están a la vista de todos y son objeto de infinitas imitaciones.
He visto en la tapa, creo de un número reciente de Noticias, una foto infantil de N. La elección de la imagen no fue casual. La nota trazaba un perfil psico del ex presidente. Quien la haya visto no podrá dejar de coincidir que la expresión es como para preocuparse.
Entonces, con esos pocos elementos y abusando de la suposición, arriesgo que el individuo ha de haber atravesado una infancia atroz, abrumado por las cargadas de los sátrapas del barrio, masticando en soledad venganzas interminables contra sus agresores. Y después en la adolescencia habrá enfrentado el rechazo de las jóvenes que no veían en él un varón deseable. Tengo la teoría de que los más acérrimos militantes políticos de izquierda suelen tener cuentas pendientes de la juventud, hileras de fracasos imperceptibles que los llevan a adoptar posiciones extremas, porque en esa actitud reivindican su ego. Se ponen por encima de las pasiones mundanas y en sus fantasías trascienden a virtudes superiores. El tiempo y algunos éxitos económicos, cuando los tienen, por supuesto, les hacen olvidar aquellas aspiraciones y los convierten en integrantes del séquito de lo que algunos denominan la izquierda festiva, amantes del consumo suntuoso como cualquier detestable burgués, en su misma concepción.
No me digan… esto explicaría el afán tiránico del sujeto y su inacabable ambición económica, que al calor del poder que ejerce le está redundando una fortuna que podría ser incalculable. El hombre no se detiene y no entiende razones, porque sus fantasmas de la juventud lo siguen acorralando. Cada imitación, cada caricatura, cada rechazo lo vuelven a los años sombríos, cuando seguramente “puñeteaba” la pared de su dormitorio –quizás- o de un aula. NK se venga en nosotros de sus peores años de sufrimiento. Ya van a ver!! Debe disfrutar cuando lo acusan de tiránico. Es el círculo perfecto.
En fin, que el sujeto busca la aprobación permanente y no lo logra. Cuanto más se aleja del objetivo más intratable se torna. El único bálsamo es rodearse de una claque de oportunistas, a los que detesta porque no puede ignorar que están ahí porque les paga.
Y de esos se va desprendiendo poco a poco en sus arranques de irracionalidad. Debe fantasear que ríen a sus espaldas. No confía en nadie, ni siquiera en los más indignos, como Scioli. De a poco se va quedando solo y por eso vemos que sus jugadas involucran cada vez más riesgos.
Claro que no es un idiota. Tiene planes, pero no lo suficientemente elaborados. Si tuviera mejor formación sabría que sus tácticas se han repetido hasta el cansancio a lo largo de la historia y más temprano que tarde el poder se derrumba. Todavía resiste, pero su desaforado intento de controlarlo todo lo sume en mayor desesperación. El hombre debe estar atravesando un momento de tremendo dolor psíquico. Espía, escucha, escruta las notas periodísticas para desentrañar traiciones, pergeña operaciones. Una verdadera tortura que de paso, nos está haciendo la vida miserable.
Raúl Clauso
4.10.09
Glosario:
Disgusting (se pronuncia discasting): Algo muy desagradable.
And all that crap: Y toda esa porquería (Se emplea para abreviar la enumeración de cosas remanidas).
Perfiles…, o lo que todavía nos espera (segunda parte)
Esta segunda entrega está destinada al caso de CFK, que también se las trae.
Algunos de los modistos y estilistas que menudean en la televisión podría decir…ES UN HORROR!!!. Sus principales carencias parecen provenir de inconformidad con su aspecto, a pesar de que las fotos de su juventud la muestran algo agraciada. Pero se sabe, las mujeres nunca están satisfechas en ese rubro y a menudo por tal razón incurren en decisiones cuestionables.
A la señora no le agrada la imagen que le devuelve el espejo. Y la disponibilidad de monetario sin límite la ha llevado a someterse –está muy claro- a tratamientos que le han provocado algunas distorsiones faciales, al punto que ahora pareciera que siempre está inflando globos para algún cumpleaños. En los años que siguen se pondrá peor. Se viste con la ropa más exclusiva que puede hallar, pero para su disgusto permanente todo lo queda mal. Uno puede suponer que ha intentado adelgazar, pero no le resulta. Manifiesta exceso de maquillaje –me pinto como una puerta, suele decir-, y aquí también se ha quedado en los ´70, o peor, en los´60. Últimamente le ha sumado un peinado que le luce como un casco, alejado algunos centímetros de la cabeza.
Producida así pareciera que está satisfecha con su apariencia, pero en la soledad seguramente no es así. La diversidad de estilos –inapropiados para su figura-, el cambio incesante, revela una profunda insatisfacción. De hecho, si de primera dama o presidenta se trata, aunque no es necesario, podría tener algún estilo. El que muestra no marca tendencia precisamente, más bien indica el camino por el que no hay que ir. Dicho sea de paso, si CK requiere tanto esfuerzo en el artificio, bien puede suponerse que no hay mucho para adornar. La exageración en la ostentación de riquezas del rey no es una cuestión nueva en la historia. Entérense. El padre del ensayo, Michel de Montaigne tiene un capítulo en su obra dedicado al tema. Para ubicarse: en pleno Renacimiento, alrededor de 1580. Ja.
Tanto ardor de la señora en lograr un aspecto que la distancia de la sobriedad no puede ser más que una sobre compensación. Pero por Dios ¿compensar qué? Helloooo! Es la Presidente. ¡Qué más necesita para sentirse segura de sí misma! Y sin embargo no lo está, como lo evidencia su inocultable soberbia, plena de sarcasmos innecesarios e irritantes. Al principio de su turno en la Rosada, le destacaron su elocuencia, los discursos sin papel, la improvisación. Y desde ahí en adelante nos ha bombardeado con una palabrería incontinente no exenta de grotescos, como la más reciente del “secuestro de los goles”. O sea que tampoco es Cicerón en esa materia. Se equivocaron, no es elocuente, es locuaz, como los chicos de los centros de estudiantes que entrevistan los noticieros de TV en los cortes de Callao y Corrientes.
Me pregunto si habrá tenido amigas a quienes les está enrostrando el look. Amigas que despreciaba y que se arreglaban y charlaban trivialidades, mientras ella se torturaba la adolescencia con la revolución.
Debe ser ése el punto de encuentro con el joven K, en los cenáculos de algún bar de La Plata. He conocido mucha gente así, que por supuesto no han alcanzado la máxima jerarquía política y que calentaban las sillas de los bares de la calle Corrientes, en especial La Paz, con el mismo café por horas. Si se presta atención a algunos dirigentes más o menos destacados de las izquierdas, como dicen los españoles, se verá que todavía lo siguen haciendo.
Como “il suo marito”, CFK exhibe una inclinación ofensiva hacia lo material, y en ella particularmente hacia el lujo
La señora es extremadamente vulnerable a la crítica. De común sale a replicar sin reparar si el contexto en que lo hace es o no el apropiado. No logra detener los impulsos. Le dicen que es agresiva y al rato ensaya la dulzura; le señalan su enfermiza relación con los micrófonos y deja de hacerlo. Le apuntan que no da conferencias de prensa y llama a los periodistas. Pero apenas como ficción. No hay un cambio esencial en su conducta. Apenas –otra vez- maquillaje, que no alcanza para evitar que le aflore la patotera.
La señora tiene sus años, pero en verdad es una adolescente. Está sin terminar y la seguridad que ostenta no es nada más que producto del aparato que la rodea. Ha construido un personaje y no se sale del libreto. Ceder sería el derrumbe. Su vida también es una tortura.
Raúl Clauso
5.10.09
Como sea, hay una cuestión de escalas contenida en esas conclusiones. La estupidez puede ser peligrosa para sí mismo y para terceros y muy dañina si el estúpido en cuestión ostenta algún grado considerable de poder.
Esta introducción viene a propósito de las declaraciones de Eduardo Arnold, ex vicegobernador de Santa Cruz de Néstor Kirchner durante dos períodos, reproducidas hoy en el diario Perfil on line (http://www.perfil.com/contenidos/2009/11/17/noticia_0034.html).
Arnold dijo: “Kirchner cuando era un muchacho, no se si no será todavía, era muy boludo”. Y explicó que hace muchos años comenzó a escribir un libro - “La venganza del boludo”- con anécdotas y circunstancias que le han tocado vivir al lado de Kirchner y otras que se fue enterando por el círculo íntimo, al cual aseguró que “nunca pertenecí”.
El libro nunca fue publicado, razón por la que Arnold nos ha privado de un interesante material de trabajo. Tal vez cambie de opinión.
Aunque se trate de un exceso, no está de más indicar para seguir el hilo del tema, que boludo es para los argentinos el sinónimo enfático de estúpido. Y aquí muchos estarán tentados de señalar que si NK llegó adonde está no es precisamente por ser boludo.
Indiquemos que para el referido Cipolla una persona puede ser estúpida independientemente de cualquier otra de sus características. Y entre quienes lo han comentado se reflexiona que la conquista del poder puede atribuirse a la habilidad y la audacia. O la suerte. O a que alguien subestimó el peligro de que un estúpido alcanzara el poder. Recordemos que fue Eduardo Duhalde quien hizo posible la llegada de NK a la presidencia.
Digo todo esto porque a principios de octubre esbocé algunas líneas con los perfiles de los dos Kirchner y como cualquiera que escribe habitualmente decidí retener los textos. No estaba del todo seguro sobre las conclusiones.
Pero con las declaraciones de Arnold y una cuota de mi propia estupidez, van a continuación.
Perfiles…, o lo que todavía nos espera (primera parte)
Es un poco “disgusting”, pero se trata solamente de un ejercicio para divertir. Consiste en ponerse por un rato en la piel de los K. Tratar de extraer un mensaje para nuestro futuro, a partir de lo escaso que conocemos de sus reacciones y personalidades y de cómo se han manejado ante favores y adversidades varias a lo largo de los últimos años. También agregando algún dato de la realidad actual. Todo suma.
Empecemos y no se pida aquí un orden académico, porque no estamos en condiciones. Es una improvisación, una experiencia analítica “fatta in casa”. Ante las objeciones diremos: por qué no. De hecho siempre lo hacemos con el resto de los congéneres. Y en base a tales precarias conclusiones adoptamos actitudes, de amor, de rechazo, de envidia “and all that crap”. Y usaremos aquí –como ya se habrá visto- cuando cuadre, expresiones de inglés pertinentes; no para darnos lustre, sino porque suelen algunas ser maravillosas.
Y antes de que me olvide por completo (nótese que pasé a la primera persona) me ocuparé en este tramo de algunos rasgos del ex. Y menos mal que no es creyente (algo le habrán hecho los curas a juzgar por el encono que les dispensa), porque consta que padece del peor de los pecados capitales–mas no el único-, según la religión cristiana y un documental de History Channel que pasaron esta noche: la IRA. La demuestra a menudo en sus apariciones públicas, cuando se descontrola y las diosas de la fortuna no le son favorables; y trasciende que también en privado cuando los acontecimientos no se acomodan a sus intenciones. Recuerden que el 28 de junio, tras haber perdido, la emprendió a las piñas limpias contra las paredes. En el documental en cuestión un especialista en temas neurológicos decía que a los individuos que padecen de IRA les falta material en un lóbulo frontal del cerebro. Si es así, tenemos otra carencia, además del estrabismo y el defecto en el habla, proveniente seguramente de un paladar alto –denominado ojival-, probablemente originado en el uso excesivo de chupete, pero no De la Rúa.
¡No se ría de los defectos ajenos!, clamará algún hipotético lector indignado. Pero si no me río, simplemente los señalo. Están a la vista de todos y son objeto de infinitas imitaciones.
He visto en la tapa, creo de un número reciente de Noticias, una foto infantil de N. La elección de la imagen no fue casual. La nota trazaba un perfil psico del ex presidente. Quien la haya visto no podrá dejar de coincidir que la expresión es como para preocuparse.
Entonces, con esos pocos elementos y abusando de la suposición, arriesgo que el individuo ha de haber atravesado una infancia atroz, abrumado por las cargadas de los sátrapas del barrio, masticando en soledad venganzas interminables contra sus agresores. Y después en la adolescencia habrá enfrentado el rechazo de las jóvenes que no veían en él un varón deseable. Tengo la teoría de que los más acérrimos militantes políticos de izquierda suelen tener cuentas pendientes de la juventud, hileras de fracasos imperceptibles que los llevan a adoptar posiciones extremas, porque en esa actitud reivindican su ego. Se ponen por encima de las pasiones mundanas y en sus fantasías trascienden a virtudes superiores. El tiempo y algunos éxitos económicos, cuando los tienen, por supuesto, les hacen olvidar aquellas aspiraciones y los convierten en integrantes del séquito de lo que algunos denominan la izquierda festiva, amantes del consumo suntuoso como cualquier detestable burgués, en su misma concepción.
No me digan… esto explicaría el afán tiránico del sujeto y su inacabable ambición económica, que al calor del poder que ejerce le está redundando una fortuna que podría ser incalculable. El hombre no se detiene y no entiende razones, porque sus fantasmas de la juventud lo siguen acorralando. Cada imitación, cada caricatura, cada rechazo lo vuelven a los años sombríos, cuando seguramente “puñeteaba” la pared de su dormitorio –quizás- o de un aula. NK se venga en nosotros de sus peores años de sufrimiento. Ya van a ver!! Debe disfrutar cuando lo acusan de tiránico. Es el círculo perfecto.
En fin, que el sujeto busca la aprobación permanente y no lo logra. Cuanto más se aleja del objetivo más intratable se torna. El único bálsamo es rodearse de una claque de oportunistas, a los que detesta porque no puede ignorar que están ahí porque les paga.
Y de esos se va desprendiendo poco a poco en sus arranques de irracionalidad. Debe fantasear que ríen a sus espaldas. No confía en nadie, ni siquiera en los más indignos, como Scioli. De a poco se va quedando solo y por eso vemos que sus jugadas involucran cada vez más riesgos.
Claro que no es un idiota. Tiene planes, pero no lo suficientemente elaborados. Si tuviera mejor formación sabría que sus tácticas se han repetido hasta el cansancio a lo largo de la historia y más temprano que tarde el poder se derrumba. Todavía resiste, pero su desaforado intento de controlarlo todo lo sume en mayor desesperación. El hombre debe estar atravesando un momento de tremendo dolor psíquico. Espía, escucha, escruta las notas periodísticas para desentrañar traiciones, pergeña operaciones. Una verdadera tortura que de paso, nos está haciendo la vida miserable.
Raúl Clauso
4.10.09
Glosario:
Disgusting (se pronuncia discasting): Algo muy desagradable.
And all that crap: Y toda esa porquería (Se emplea para abreviar la enumeración de cosas remanidas).
Perfiles…, o lo que todavía nos espera (segunda parte)
Esta segunda entrega está destinada al caso de CFK, que también se las trae.
Algunos de los modistos y estilistas que menudean en la televisión podría decir…ES UN HORROR!!!. Sus principales carencias parecen provenir de inconformidad con su aspecto, a pesar de que las fotos de su juventud la muestran algo agraciada. Pero se sabe, las mujeres nunca están satisfechas en ese rubro y a menudo por tal razón incurren en decisiones cuestionables.
A la señora no le agrada la imagen que le devuelve el espejo. Y la disponibilidad de monetario sin límite la ha llevado a someterse –está muy claro- a tratamientos que le han provocado algunas distorsiones faciales, al punto que ahora pareciera que siempre está inflando globos para algún cumpleaños. En los años que siguen se pondrá peor. Se viste con la ropa más exclusiva que puede hallar, pero para su disgusto permanente todo lo queda mal. Uno puede suponer que ha intentado adelgazar, pero no le resulta. Manifiesta exceso de maquillaje –me pinto como una puerta, suele decir-, y aquí también se ha quedado en los ´70, o peor, en los´60. Últimamente le ha sumado un peinado que le luce como un casco, alejado algunos centímetros de la cabeza.
Producida así pareciera que está satisfecha con su apariencia, pero en la soledad seguramente no es así. La diversidad de estilos –inapropiados para su figura-, el cambio incesante, revela una profunda insatisfacción. De hecho, si de primera dama o presidenta se trata, aunque no es necesario, podría tener algún estilo. El que muestra no marca tendencia precisamente, más bien indica el camino por el que no hay que ir. Dicho sea de paso, si CK requiere tanto esfuerzo en el artificio, bien puede suponerse que no hay mucho para adornar. La exageración en la ostentación de riquezas del rey no es una cuestión nueva en la historia. Entérense. El padre del ensayo, Michel de Montaigne tiene un capítulo en su obra dedicado al tema. Para ubicarse: en pleno Renacimiento, alrededor de 1580. Ja.
Tanto ardor de la señora en lograr un aspecto que la distancia de la sobriedad no puede ser más que una sobre compensación. Pero por Dios ¿compensar qué? Helloooo! Es la Presidente. ¡Qué más necesita para sentirse segura de sí misma! Y sin embargo no lo está, como lo evidencia su inocultable soberbia, plena de sarcasmos innecesarios e irritantes. Al principio de su turno en la Rosada, le destacaron su elocuencia, los discursos sin papel, la improvisación. Y desde ahí en adelante nos ha bombardeado con una palabrería incontinente no exenta de grotescos, como la más reciente del “secuestro de los goles”. O sea que tampoco es Cicerón en esa materia. Se equivocaron, no es elocuente, es locuaz, como los chicos de los centros de estudiantes que entrevistan los noticieros de TV en los cortes de Callao y Corrientes.
Me pregunto si habrá tenido amigas a quienes les está enrostrando el look. Amigas que despreciaba y que se arreglaban y charlaban trivialidades, mientras ella se torturaba la adolescencia con la revolución.
Debe ser ése el punto de encuentro con el joven K, en los cenáculos de algún bar de La Plata. He conocido mucha gente así, que por supuesto no han alcanzado la máxima jerarquía política y que calentaban las sillas de los bares de la calle Corrientes, en especial La Paz, con el mismo café por horas. Si se presta atención a algunos dirigentes más o menos destacados de las izquierdas, como dicen los españoles, se verá que todavía lo siguen haciendo.
Como “il suo marito”, CFK exhibe una inclinación ofensiva hacia lo material, y en ella particularmente hacia el lujo
La señora es extremadamente vulnerable a la crítica. De común sale a replicar sin reparar si el contexto en que lo hace es o no el apropiado. No logra detener los impulsos. Le dicen que es agresiva y al rato ensaya la dulzura; le señalan su enfermiza relación con los micrófonos y deja de hacerlo. Le apuntan que no da conferencias de prensa y llama a los periodistas. Pero apenas como ficción. No hay un cambio esencial en su conducta. Apenas –otra vez- maquillaje, que no alcanza para evitar que le aflore la patotera.
La señora tiene sus años, pero en verdad es una adolescente. Está sin terminar y la seguridad que ostenta no es nada más que producto del aparato que la rodea. Ha construido un personaje y no se sale del libreto. Ceder sería el derrumbe. Su vida también es una tortura.
Raúl Clauso
5.10.09
jueves, noviembre 12, 2009
Esto se pone interesante
Están para el chiste. Aquel de que necesitan terapia de grupo. Un grupo de psicólogos y ellos dos…y en Viena si es posible. Porque son un caso serio de autosabotaje. Ejemplos hay montones; ni vale la pena repetirlo. Pero lo de hoy…
Cristina tuvo a la mano la oportunidad de repechar su imagen autoritaria, confrontativa, y la desperdició. Enfiló bien, desautorizando la marcha en Plaza de Mayo que armaba la sociedad Moyano- D´Elía. Dejarla para mejor momento, creo recordar que fueron sus palabras. Pero después se despachó sin tino contra el enemigo jurado: el periodismo y en especial Clarín, al que no titubeó en responsabilizar de todos los males del país. Fuera del tarro.
Hubiera dado una esperanza a las estadísticas que le bajaron el pulgar de la popularidad y que también se difundieron hoy. Pero no, otra vez esquivó lo que considera el pecado de exhibir debilidad y salió al ataque. Quedó peor. Se diluyó otra esperanza de un mínimo de razonabilidad.
Ya no soy muy amigo de los psicólogos (antes sí), pero CFK tuvo otro desliz para la terapia: “Ya estoy acostumbrada a que digan que está todo mal”.
-Aháaaa. Tal vez habría que considerar la posibilidad de que si todos están en su contra y la mortifican con las críticas, acaso haya algo que las justifique ?
Conversación imposible. Ropa de amianto… de marca, eso sí.
Pero más allá de eso la decisión de suspender la marcha en sí misma es llamativa. Porque la convocatoria de los líderes de los desposeídos ( Moyano – D´Elía, raro no? ) llevaba el sello indeleble de su consorte. Hasta se mencionó que ambos socios en la movilización limaban diferencias en el objetivo común de defender al gobierno de otro frente de clima destituyente. Eso sólo se le podía ocurrir a NK. El enemigo volvía a estar difuso. Alguien en la CGT apuntó a la “izquierda loca”. La de los subtes, Castell y los piqueteros que acamparon el 9 de Julio, presumiblemente. Mencionaron a la CTA.
Pero Cristina, en un arrebato de la razón se decidió en contra de los impulsos del suo marito, acaso después de leer las declaraciones de Lavagna. El antiguo aliado aseguró que esas exhibiciones de fuerza solamente se entendían con un gobierno en problemas, sumido en el fracaso.
Los que quedaron como el traste y con la cara larga con ese vaivén de decisiones fueron Moyano y D´Elía. Hicieron el esfuerzo de juntarse, se mostraron risueños en una conferencia de prensa, pero el linesman les levantó la bandera. Y no es la primera vez que los dejan en off side. Perdóneseme, pero han de estar a las puteadas.
Mientras tanto, debe haber un cisma en el matrimonio.
Esto se está poniendo interesante.
12-11-09
Raúl Clauso
Cristina tuvo a la mano la oportunidad de repechar su imagen autoritaria, confrontativa, y la desperdició. Enfiló bien, desautorizando la marcha en Plaza de Mayo que armaba la sociedad Moyano- D´Elía. Dejarla para mejor momento, creo recordar que fueron sus palabras. Pero después se despachó sin tino contra el enemigo jurado: el periodismo y en especial Clarín, al que no titubeó en responsabilizar de todos los males del país. Fuera del tarro.
Hubiera dado una esperanza a las estadísticas que le bajaron el pulgar de la popularidad y que también se difundieron hoy. Pero no, otra vez esquivó lo que considera el pecado de exhibir debilidad y salió al ataque. Quedó peor. Se diluyó otra esperanza de un mínimo de razonabilidad.
Ya no soy muy amigo de los psicólogos (antes sí), pero CFK tuvo otro desliz para la terapia: “Ya estoy acostumbrada a que digan que está todo mal”.
-Aháaaa. Tal vez habría que considerar la posibilidad de que si todos están en su contra y la mortifican con las críticas, acaso haya algo que las justifique ?
Conversación imposible. Ropa de amianto… de marca, eso sí.
Pero más allá de eso la decisión de suspender la marcha en sí misma es llamativa. Porque la convocatoria de los líderes de los desposeídos ( Moyano – D´Elía, raro no? ) llevaba el sello indeleble de su consorte. Hasta se mencionó que ambos socios en la movilización limaban diferencias en el objetivo común de defender al gobierno de otro frente de clima destituyente. Eso sólo se le podía ocurrir a NK. El enemigo volvía a estar difuso. Alguien en la CGT apuntó a la “izquierda loca”. La de los subtes, Castell y los piqueteros que acamparon el 9 de Julio, presumiblemente. Mencionaron a la CTA.
Pero Cristina, en un arrebato de la razón se decidió en contra de los impulsos del suo marito, acaso después de leer las declaraciones de Lavagna. El antiguo aliado aseguró que esas exhibiciones de fuerza solamente se entendían con un gobierno en problemas, sumido en el fracaso.
Los que quedaron como el traste y con la cara larga con ese vaivén de decisiones fueron Moyano y D´Elía. Hicieron el esfuerzo de juntarse, se mostraron risueños en una conferencia de prensa, pero el linesman les levantó la bandera. Y no es la primera vez que los dejan en off side. Perdóneseme, pero han de estar a las puteadas.
Mientras tanto, debe haber un cisma en el matrimonio.
Esto se está poniendo interesante.
12-11-09
Raúl Clauso
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