Si no hay más remedio que pelear, lo mejor es asegurarse de que el contrincante quede knock out. Porque si se le da una oportunidad, tal vez arremeta con renovada furia. Pasa siempre en el boxeo. Y en el cine de acción.
Si la oposición política en la Argentina hubiera considerado este simple precepto, le hubiera ahorrado al país este redivivo ímpetu kirchnerista por imponer su voluntad a toda costa.
Lo dijo el mismo Néstor, en su primera aparición pública, tras el exilio interno de un mes que le aplicó la derrota del 28 de junio. Frente a su habitual claque disparó: “me tendrían que haber acabado cuando pudieron”. Este concepto no solamente pulverizó el diálogo de ficción al que había convocado el gobierno, sino que además le dio una pista a la oposición acerca de cuál debería haber sido su actitud.
Porque la realidad fue otra muy distinta. Horas después de los comicios del 28 de junio, mientras celebraban el triunfo, varios dirigentes de la oposición minimizaron brutalmente el hecho de que aún por el término de casi seis meses, los Kirchner iban a disponer de mayorías absolutas en las dos cámaras del Congreso.
Fue Mariano Grondona el que le planteó esa previsible situación a Francisco de Narváez. La respuesta entonces fue “que la ciudadanía le había dicho basta a una forma de gobernar y los K no se iban a animar a dictar leyes si no lograban un nuevo estilo de consenso”. Confiaban ciegamente –y lo dijeron prácticamente todos- en la diáspora de legisladores del FpV. Otra idea subyacente era que resultaría complicado seguir adquiriendo voluntades, cuando el superávit fiscal se desmoronaba.
Aunque lo negara, la oposición terminó sosteniendo y haciéndose cargo de la hipotética falta de gobernabilidad. Mansos, fueron al diálogo artificial. Hubo hasta gestos vergonzosos, como el regalo del bandoneón de Macri a Cristina. Sólo Lilita Carrió tomó distancia de la Rosada. No se prestó a la farsa, por otra parte indudablemente previsible.
Después llegó la aprobación de la prórroga en la delegación de facultades y en estas horas el gobierno maniobra con ventaja en Diputados para aprobar la Ley de Medios, que dará espacio a instrumentos dudosos y seriamente cuestionados, que merecerían –como los críticos aducen- un tratamiento y un estudio más profundo que el que impusieron los K.
La oposición incurrió en un serio error de diagnóstico y comprometió la ventaja obtenida en la elección. ¿Se trató de simple ingenuidad política originada en la inexperiencia de algunos opositores?. ¿Temor a ser señalados como golpistas o destituyentes? O como surgía de las declaraciones edulcoradas, la necesidad de mostrar ante la ciudadanía un perfil respetuoso de las instituciones, que la diferenciara de las prácticas K.
Como siempre, probablemente haya de todo un poco en la actitud adoptada por la oposición tras las elecciones, uno de cuyos latiguillos fue “que el gobierno debía llegar al 2011”.
¿Pensaba la oposición de esa manera o íntimamente anhelaba un retiro adelantado por el desgaste que se habían autoinflingido los K? Porque aun cuando se trató de una elección de medio término, los que votaron contra el gobierno en las distintas franjas del arco opositor, aspiraban con seguridad a esta posibilidad. O al menos a que les fueran recortados drásticamente los márgenes de decisión.
Tal vez en el plazo de dos años efectivamente se cumpla la profecía de algunos políticos que preconizaban que los K debían hacerse cargo del desbarajuste que produjeron en el país y por eso Cristina debía finalizar el mandato. Hay razones para dudar. ¿No será entonces mayor el daño? Porque a la luz está que puede esperarse cualquier cosa en el marco de permanente zozobra en que han sumido los Kirchner al país.
miércoles, septiembre 16, 2009
lunes, septiembre 14, 2009
Acorralado
Debía realizarse una reunión trascendental, para decidir el futuro de la Selección. Seguramente iba a haber reproches de alto calibre. Fue demasiado para la debilidad temperamental que aflige a Maradona por estos días, erosionado ya el exitismo que intentó generar con su presencia al frente del combinado. Sin avisar, se fue a Europa; no se sabe bien para qué, pero luce como una huída.
Es como para compadecerse. Como le sucede a los incondicionales de los Kirchner para justificar los desaciertos en que incurren, tampoco los incondicionales de Maradona aciertan a explicar o justificar las actitudes del ex - 10.
Como pedía en la entrada precedente, los periodistas se le animaron al mito. Quedan algunos. Resisten. Pero a medida que se conocen algunas intimidades es cada vez más difícil la defensa.
Lo que no terminan de admitir es que Maradona no quiere que lo ayuden. El sólo sabe manejarse entre la gloria y el fracaso. Y esto último es lo que va marcando los pasados últimos años. Intimamente sabe que ya fracasó al frente de la Selección. Su ego no admite tantas sucesivas derrotas. La diferencia ahora es que los resultados adversos no le infligen una herida solamente a su yo. Se metió con todos. Exaspera, apenas pensar que la selección no se clasifique al Mundial 2010.
Diego ha vivido al límite. Lleva todos sus actos al límite, al lugar donde el rescate es muy difícil. Se muestra agresivo y prepotente, pero es solamente una señal de la gigantesca debilidad que lo embarga. Acaso se dio cuenta del abismo que separa el juego en sí mismo de la dirección técnica y tomó nota de su incapacidad. Lástima que ha sido de la peor manera, poniendo en riesgo la clasificación.
Ahora, cuando las papas queman tomó el peor camino: escaparse. Pero no debe sorprender. Quedó preso de su exitismo y hace lo que siempre hizo: huir…de una manera o de otra, o de las dos.
Se va antes de que lo echen de cuerpo presente. Sólo el delgado hilo del recuerdo de sus hazañas lo sostiene. No puede permitirse el intento de ser rodeado por alguien que sabe y así le corta el camino a quienes todavía –aunque por interés personal, como Grondona- lo bancan.
Los jugadores convocados desde el exterior –ahora se sabe- tampoco lo apuntalan. Esa clase de apoyo es efímera. ¿Cómo saber si jugadores del medio local lo harán? . Ya están al tanto de que no hay charlas técnicas, que es incapaz de esbozar un planteo táctico. ¿Le creerán, si acaso su permanencia sobrevive a este conflicto y vuelve a la dirección técnica?
Repasando las actitudes de Maradona a lo largo del tiempo, puede inferirse que su principal preocupación hoy no debe ser cómo sacar a la Selección de las profundidades en las que se halla. Su mayor problema debe ser cómo sobrevivir usufructuando las glorias pasadas, sin entregar nada a cambio.
El estigma de su pasado en la drogadicción aún lo persigue. Ahora deberá seguramente sobrellevar otro, el de haber conducido al desastre a la Selección. Perdió el prestigio en el único medio donde todavía se sostenía su fama.
Huyó a Europa para ganar tiempo, incapaz de afrontar la situación que lo tiene como máximo responsable, aunque ciertamente no es el único.
Pero no hizo las cosas del todo mal, al menos para él. Tiene donde refugiarse si llega el caso del repudio masivo de los futboleros argentinos. Cuba, Bolivia o Venezuela, pueden ser destinos donde será recibido con los brazos abiertos. Curioso: algunos de los mismos lugares donde serían también abrazados los Kirchner. Claro, si tuviéramos la suerte de que decidieran resignar el gobierno.
Es como para compadecerse. Como le sucede a los incondicionales de los Kirchner para justificar los desaciertos en que incurren, tampoco los incondicionales de Maradona aciertan a explicar o justificar las actitudes del ex - 10.
Como pedía en la entrada precedente, los periodistas se le animaron al mito. Quedan algunos. Resisten. Pero a medida que se conocen algunas intimidades es cada vez más difícil la defensa.
Lo que no terminan de admitir es que Maradona no quiere que lo ayuden. El sólo sabe manejarse entre la gloria y el fracaso. Y esto último es lo que va marcando los pasados últimos años. Intimamente sabe que ya fracasó al frente de la Selección. Su ego no admite tantas sucesivas derrotas. La diferencia ahora es que los resultados adversos no le infligen una herida solamente a su yo. Se metió con todos. Exaspera, apenas pensar que la selección no se clasifique al Mundial 2010.
Diego ha vivido al límite. Lleva todos sus actos al límite, al lugar donde el rescate es muy difícil. Se muestra agresivo y prepotente, pero es solamente una señal de la gigantesca debilidad que lo embarga. Acaso se dio cuenta del abismo que separa el juego en sí mismo de la dirección técnica y tomó nota de su incapacidad. Lástima que ha sido de la peor manera, poniendo en riesgo la clasificación.
Ahora, cuando las papas queman tomó el peor camino: escaparse. Pero no debe sorprender. Quedó preso de su exitismo y hace lo que siempre hizo: huir…de una manera o de otra, o de las dos.
Se va antes de que lo echen de cuerpo presente. Sólo el delgado hilo del recuerdo de sus hazañas lo sostiene. No puede permitirse el intento de ser rodeado por alguien que sabe y así le corta el camino a quienes todavía –aunque por interés personal, como Grondona- lo bancan.
Los jugadores convocados desde el exterior –ahora se sabe- tampoco lo apuntalan. Esa clase de apoyo es efímera. ¿Cómo saber si jugadores del medio local lo harán? . Ya están al tanto de que no hay charlas técnicas, que es incapaz de esbozar un planteo táctico. ¿Le creerán, si acaso su permanencia sobrevive a este conflicto y vuelve a la dirección técnica?
Repasando las actitudes de Maradona a lo largo del tiempo, puede inferirse que su principal preocupación hoy no debe ser cómo sacar a la Selección de las profundidades en las que se halla. Su mayor problema debe ser cómo sobrevivir usufructuando las glorias pasadas, sin entregar nada a cambio.
El estigma de su pasado en la drogadicción aún lo persigue. Ahora deberá seguramente sobrellevar otro, el de haber conducido al desastre a la Selección. Perdió el prestigio en el único medio donde todavía se sostenía su fama.
Huyó a Europa para ganar tiempo, incapaz de afrontar la situación que lo tiene como máximo responsable, aunque ciertamente no es el único.
Pero no hizo las cosas del todo mal, al menos para él. Tiene donde refugiarse si llega el caso del repudio masivo de los futboleros argentinos. Cuba, Bolivia o Venezuela, pueden ser destinos donde será recibido con los brazos abiertos. Curioso: algunos de los mismos lugares donde serían también abrazados los Kirchner. Claro, si tuviéramos la suerte de que decidieran resignar el gobierno.
lunes, septiembre 07, 2009
Periodistas deportivos…despierten
Para quienes lo ignoran por una mera cuestión cronológica, no está de más recordar que supo haber en la Argentina un excelente periodista deportivo sumamente resistido por sus pares, que se destacó profesionalmente por su mirada crítica del ambiente futbolero. Fue Dante Panzeri, fallecido en 1978. Los que no saben de él pueden encontrar un reconocimiento a su trayectoria en: http://blogs.perfil.com/futbol/2008/04/14/homenaje-a-dante-panzeri/
Esta referencia viene a propósito del pobrísimo desempeño de la selección argentina de fútbol, que enfrenta la seria posibilidad de no clasificarse para el Mundial de 2010. Porque después de prestar alguna dedicación atenta a los programas deportivos de TV post derrota 3 a 1 frente a Brasil, encuentro que Panzeri hubiera resultado de extrema utilidad en estas circunstancias. Con toda seguridad ya desde antes hubiera estado ofreciendo una visión alternativa menos conformista que la que hoy campea en los medios de comunicación.
De hecho las cosas son tales que, antes que a los periodistas, vale mejor la pena observar las opiniones de la gente para obtener una dimensión más ajustada a la realidad, como anoté en la entrada anterior a ésta en el blog. Basta purificarlas un poco del fanatismo que rodea al fútbol y ahí se podrán hallar las pistas de los males que aquejan a este deporte y que, naturalmente, se extienden a la selección.
Como ya podrá intuirse, no se trata aquí de explorar si es necesario un nueve de área, o si Heinze y Zanetti deben o no jugar. Carezco de condiciones para examinar esa situación. Tengo mi opinión personal, pero es irrelevante.
La cuestión es cómo abordan las cuestiones esenciales los periodistas deportivos, de quienes se supone debe esperarse la mirada esclarecedora. Lo que nos conduce irremediablemente a una observación más amplia del periodismo estrictamente ligado al fútbol, cuya característica sobresaliente –casi sin excepciones- es la elusión de cualquier tema espinoso. Los periodistas de fútbol chapotean sobre la superficie de los temas apenas provistos de un snorkel. Detestan asumir el compromiso de las críticas buceando más profundo. Y si lo hacen se cuidan de no dar cuenta a su audiencia de lo oculto en las profundidades.
La gente común formula críticas ácidas y a veces justificadas sobre los periodistas en general, pero el periodismo futbolero está plagado de notables complicidades, compromisos y obsecuencias. Los defectos de los periodistas más renombrados de este rubro, parecen trasladarse incrementados a los nuevos cronistas, disfrazados de una falsa ecuanimidad profesional. A la hora de opinar o cuestionar se sumergen en aborrecibles circunloquios. Los programas de fútbol se convierten así en espacios de entretenimientos matizados por las excentricidades de sus integrantes, más que marcados por el afán de aportar claridad.
¿Quién ha visto cuestionar a un jugador, un técnico o un dirigente?, más allá de pequeñas anotaciones. Sólo se hace cuando la decadencia es irremediable. Lo que se dice, el árbol caído. O cuando está ausente la presunta sanción de la corporación futbolística que también integran los periodistas. Como es el caso de algún encarnizamiento con gente que se desempeña en el exterior.
En el ámbito de los medios gráficos al menos, con alguna injusticia el rubro deportivo ha sido visto como un género menor, no por contenido sino por la calidad exhibida por los periodistas. En realidad la mayor objeción debe provenir de los elementos apuntados.
Podría pensarse que, dado que con toda seguridad las páginas deportivas y los programas de TV y radio dedicados al fútbol concentran el mayor interés de la sociedad, los periodistas deberían estar cumpliendo su responsabilidad con mayor enjundia.
En este contexto desalentador sopla una brisa fresca. A medida que empiezan a transcurrir las horas desde la derrota frente a Brasil, ha comenzado a insinuarse una suerte de corriente sino crítica, al menos cuestionadora de la eficacia de Maradona como director técnico. Y a caballo de esa corriente nos enteramos, por ejemplo, de que la presencia inamovible de Heinze no se debería sino a que fue quien conspiró junto a Maradona para echar a Basile. La versión provino de Elio Rossi, de C5N, quien se ha erigido por estas horas en el principal cuestionador del celebérrimo 10. Y otros, menos notorios, empiezan a animarse, poniendo en tela de juicio al entrenador. Esto puede ser nomás un hecho puntual, explicable por la irritación que produce el riesgo cierto de que la Argentina no clasifique y acaso no perdure para abordar la realidad de manera permanente. Pero al menos es una muestra de que subsiste un atisbo de decencia.
Y para terminar, una reflexión que podría tomar algún periodista del ramo, si es que acaso llegara hasta estas líneas. ¿Han notado que Maradona nunca habla de fútbol en términos técnicos?
domingo, septiembre 06, 2009
Después del 3 a 1
Tenía una cantidad de ideas para volcar a esta entrada y me disponía a escribir sobre el papelón frente a Brasil. Antes hice una recorrida por las páginas web de los diarios y me encontré con una serie de comentarios de lectores indignados en Crítica Digital (que sumaban 264 cuando entré a la página). Los que se hayan asomado a este blog sabrán que no soy demasiado fan de las expresiones de los lectores. Pero esta vez quedé sorprendido. Muchos de ellos me habían quitado varios de mis argumentos. De manera que decidí hacer un trabajo verdaderamente periodístico: copiar y pegar algunas opiniones representativas de la mayoría. Esos comentaristas espontáneos me dejaron sin nada original para escribir. De hecho fueron más allá. Me limité entonces aquí, apenas, a dotarlas de alguna prolijidad ortográfica. Por lo demás, son textuales.
Opinión 1: La señora gorda que no entendía
Pregunto. Esa señora gorda con el pelo batido, aritos y botox en los labios era Maradona? Me parece que sí, cuando lo vi hacer la clásica seña de.. qué culo!!! con las dos manos después del gol de Brasil. Un papelón mas.
Opinión 2: La cuenta bancaria
Por Dios, siempre igual, terminamos aplaudiendo al rival, Diego basta de cuentos, llevate a esa manga de pechos fríos que lo único que les importa es su cuenta bancaria. Oh, qué casualidad! igual que una conocida Presidenta bananera, por qué será. Lamentable, Brasil jugó a media máquina y los petizos nuestros ni la veían. ¿Cuándo vamos a reconocer que no somos los mejores? Váyanse todos, hay que empezar a limpiar.
Opinión 3: Corrupción e ineficiencia
Sencillito y para entender sin esforzarse mucho. Los K los sostienen a Grondona y Grondona lo sostiene a Maradona. Complicidades que le dicen. Estos son los resultados cuando se juntan la corrupción y la ineficiencia. Así como nos va en el futbol nos va en todo. Culpables: los que sostienen con su voto a este poder político.
Opinión 4: El resultado esperado
Muchachos…la culpa no es del chancho, hay que mirar más arriba, léase Grondona. Todo es un circo inmundo donde entra Maradona, Grondona, la Secretaría de Deportes, el periodismo obsecuente, los chupamedias. Este es el resultado esperado.
Opinión 5: La mirada social
Argentina da verguenza hasta en el fútbol. El fútbol es el fiel reflejo de lo que nos pasa a nivel social, tenemos grandes jugadores pero carecemos de dirigentes aptos, El señor Maradona dejando de lado lo de jugador, da pena en todos los órdenes de la vida,y como premio lo nombran DT de la selección. Grondona mafioso!! A Messi lo tendríamos que dejar jugar con la remera del Barcelona debajo de la Argentina, así demuestra algo de lo que hace en España. ¡Basta! pongan un técnico que sepa de tácticas de fútbol; hace falta estudiar y trabajar todos los días para ir poniéndose competitivo.
Opinión 6: Los mejores del mundo
Lo mejor que nos puede pasar es que la selección no clasifique al Mundial, así el fútbol no tapa otras cosas; así se termina la mentira Maradona y Bilardo, así nos damos un sorbo de humildad y dejamos de creernos que somos los mejores del mundo. Las declaraciones de Maradona previas al partido diciendo prácticamente que era una guerra son de una bajeza y de una ignorancia tal que les digo la verdad, deseaba que la cosa terminara por más goles de diferencia. En cuanto a lo futbolístico?...Zanetti no puede jugar, a los centrales le falta muchísimo rodaje para jugar en la selección, Heinze es de terror, Dátolo tuvo la fortuna de hacer el gol, pero su desempeño fue malísimo, a Tevez hasta cuando le vamos a soportar eso del huevo. Con eso solo no se gana. Dénse cuenta, en lo futbolístico estamos a años luz de Brasil y en cuanto a lo político y social ni hablar. Me duele decirlo, pero ojalá no clasifiquemos al Mundial.
Opinión 7: Los goles secuestrados
Como dijo la Kretina; perdimos porque nos tienen los goles secuestrados, entonces que se los pidan a la Bonafini o a Clarín. Diego… sos un cararrota igual que los KK..Váyanse mentirosos, fracasados y mediocres!!
Opinión 8: Ya es suficiente
Gracias diego por los mundiales 86 y 90. Ya creo que te lo agradecimos sobradamente y con idolatría. Fuiste el mejor jugador argentino. Dios no existe y vos no sos Dios tampoco. Si tanto querés a la celeste y blanca, andáte y dale paso a un profesional. De paso lleváte a Grondona y sus contratitos, los dos pueden ir a la Casa Rosada a laburar porque son empleados del estado.
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miércoles, septiembre 02, 2009
Derrotados por el voto
Este comentario es de alcance limitado. Interesa, probablemente, sólo en Bariloche, donde por primera vez -creo- se puso en práctica el referéndum. El caso es que la convocatoria a la expresión popular por el Si o el No se debió a la instalación de un hipermercado de la cadena Wal Mart, más precisamente Chango Más.
Para terminar con la intriga, antes de las explicaciones pertinentes, digamos que triunfó el SI con un apabullante 85% y con una asistencia de votantes (el referéndum es obligatorio) del orden de 40%.
El proyecto es sumamente ambicioso por su magnitud y está destinado a instalarse en un predio que se encuentra enclavado en lo que se denomina aquí los barrios del Alto, el sector más pobre de la ciudad, alejado unos pocos kilómetros de las zonas que visitan los turistas; a excepción de quienes por auto se desplazan hacia El Bolsón.
El plan “imperialista” atravesó una serie de requisitos establecidos por la municipalidad, pero no sucedió igual entre los miembros del Concejo Deliberante. En el cuerpo y por fallo dividido –en medio de una gran polémica general y con bandos antagónicos vociferando en el recinto- el proyecto fue rechazado.
El argumento que batieron los detractores fue que Wal Mart pondría en marcha prácticas monopólicas y provocaría el cierre de los pequeños comercios de la región donde estaría asentado, generando desempleo.
Esta postura estaba matizada con consignas antiimperialistas de rigor en Bariloche e incluso se apeló a propagandas televisivas donde se denunciaba con material de archivo las prácticas indeseables a nivel mundial de la cadena de hipermercados.
En la otra vereda, los defensores del proyecto no eran otros que los potenciales beneficiarios del hiper: los propios vecinos de los barrios más alejados del centro, que enarbolaban argumentos irrebatibles: los precios de Wal Mart en el resto del país son sustancialmente inferiores a los vigentes en Bariloche en prácticamente todos los rubros en comparación con los de los supermercados existentes y, además, subrayaban el beneficio que suponía contar con un supermercado donde actualmente no los hay. No hicieron caso de las admoniciones sobre la pérdida de empleos. Como consumidores y como enseña la economía la defensa de Wal Mart suponía la posibilidad de un empleo más eficiente de sus ingresos.
La presión de la gente fue la que condujo a que se dispusiera más tarde el referéndum, porque estaba implícito en la negativa del Concejo que operaban fuerzas oscuras ligadas a unos pocos empresarios locales. Nunca dieron formalmente la cara (la cámara respectiva apenas expresó su oposición) y de fronting emplearon a bulliciosos emisarios del sindicato de empleados de comercio. Como sea, el argumento del desempleo potencial logró prender en la izquierda “progresista” vernácula, que manejando consignas y pocas ideas, asumió de facto la representación de los carenciados, que claramente despreciaron la ideología en una materia que los afectaba directamente. En suma que el yankees go home obtuvo una victoria parcial, apenas moderada por la decisión de los concejales de encargar un estudio económico que analizara el impacto potencial de la instalación de WM.
El estudio, sesudo, llegó y fue lapidario. No encontró evidencias (más bien todo lo contrario) de que Wal Mart planteara una actitud monopólica y dio por el piso con la objeción de que Bariloche no admitía una cadena de tales dimensiones. De la lectura surge que habrá más beneficios que perjuicios y éstos en todo caso son de improbable comprobación, dadas las características estructurales de los pequeños comercio de la zona del Alto. Y algo más: quienes sufrirán la instalación de Wal Mart son las cadenas de supermercados actuales ya instaladas.
Claro que cuando vieron los resultados del estudio, al parecer ni siquiera quienes los llevaban a cabo lograron aceptar por completo las ventajas que auguraba el híper. Culposos, entonces, alteraron no el contenido –inobjetable- sino la presentación, y destacaron “para la prensa” (sospechaban sin error que los periodistas no abordarían el mamotreto) algunos puntos que sugerían la inconveniencia de aprobar el plan de WM. Luego, en el desarrollo del trabajo, esas afirmaciones no eran convalidadas. Más bien lo opuesto.
Así la cuestión es como llegó el referendo vinculante, con el resultado apuntado al comienzo, que al día de hoy intenta ser tildado de anticonstitucional (¿?)
En otras palabras, Wal Mart puede instalarse y prometió inaugurar en el término de un año.
Y creo que hay dos aristas para rescatar de la votación o mejor dicho de su resultado. Una, que la negativa fue apenas respaldada por poco menos del 13% de los votantes. Y como se puede suponer de manera algo confiable –ya que estaban movilizados ideológicamente contra los yankees-, fueron todos a votar, o la mayoría de ellos. Y aquí quiero resaltar que a pesar de constituir una notable minoría, por un tiempo casi logran abortar el proyecto, contra la opinión mayoritaria de los vecinos que se expresó en forma contundente en la votación.
La otra arista está asociada a la primera y debe llevar a reflexionar –esto parece no acabarse nunca en la Argentina- acerca de cómo ciertas posiciones ideológicas que se plantean como meras consignas, están sustancialmente alejadas de las necesidades de la gente, aun cuando se arroguen el derecho implícito de representarlas.
Esto se expresa hoy con singular contundencia, porque el SI provino –y en eso no hay duda- en gran medida del sector de la población por quien el llamado progresismo bate más el parche de la defensa y que le dio la espalda.
Deberían reparar en las magníficas expresiones posteriores a la votación de gente de barrios humildes, que reflejaban con claridad cuáles intereses habían sido derrotados en el referendo, de los cuales los “progres” fueron instrumento.
Por eso, no cabe más que celebrar esta expresión de los ciudadanos.
Para terminar con la intriga, antes de las explicaciones pertinentes, digamos que triunfó el SI con un apabullante 85% y con una asistencia de votantes (el referéndum es obligatorio) del orden de 40%.
El proyecto es sumamente ambicioso por su magnitud y está destinado a instalarse en un predio que se encuentra enclavado en lo que se denomina aquí los barrios del Alto, el sector más pobre de la ciudad, alejado unos pocos kilómetros de las zonas que visitan los turistas; a excepción de quienes por auto se desplazan hacia El Bolsón.
El plan “imperialista” atravesó una serie de requisitos establecidos por la municipalidad, pero no sucedió igual entre los miembros del Concejo Deliberante. En el cuerpo y por fallo dividido –en medio de una gran polémica general y con bandos antagónicos vociferando en el recinto- el proyecto fue rechazado.
El argumento que batieron los detractores fue que Wal Mart pondría en marcha prácticas monopólicas y provocaría el cierre de los pequeños comercios de la región donde estaría asentado, generando desempleo.
Esta postura estaba matizada con consignas antiimperialistas de rigor en Bariloche e incluso se apeló a propagandas televisivas donde se denunciaba con material de archivo las prácticas indeseables a nivel mundial de la cadena de hipermercados.
En la otra vereda, los defensores del proyecto no eran otros que los potenciales beneficiarios del hiper: los propios vecinos de los barrios más alejados del centro, que enarbolaban argumentos irrebatibles: los precios de Wal Mart en el resto del país son sustancialmente inferiores a los vigentes en Bariloche en prácticamente todos los rubros en comparación con los de los supermercados existentes y, además, subrayaban el beneficio que suponía contar con un supermercado donde actualmente no los hay. No hicieron caso de las admoniciones sobre la pérdida de empleos. Como consumidores y como enseña la economía la defensa de Wal Mart suponía la posibilidad de un empleo más eficiente de sus ingresos.
La presión de la gente fue la que condujo a que se dispusiera más tarde el referéndum, porque estaba implícito en la negativa del Concejo que operaban fuerzas oscuras ligadas a unos pocos empresarios locales. Nunca dieron formalmente la cara (la cámara respectiva apenas expresó su oposición) y de fronting emplearon a bulliciosos emisarios del sindicato de empleados de comercio. Como sea, el argumento del desempleo potencial logró prender en la izquierda “progresista” vernácula, que manejando consignas y pocas ideas, asumió de facto la representación de los carenciados, que claramente despreciaron la ideología en una materia que los afectaba directamente. En suma que el yankees go home obtuvo una victoria parcial, apenas moderada por la decisión de los concejales de encargar un estudio económico que analizara el impacto potencial de la instalación de WM.
El estudio, sesudo, llegó y fue lapidario. No encontró evidencias (más bien todo lo contrario) de que Wal Mart planteara una actitud monopólica y dio por el piso con la objeción de que Bariloche no admitía una cadena de tales dimensiones. De la lectura surge que habrá más beneficios que perjuicios y éstos en todo caso son de improbable comprobación, dadas las características estructurales de los pequeños comercio de la zona del Alto. Y algo más: quienes sufrirán la instalación de Wal Mart son las cadenas de supermercados actuales ya instaladas.
Claro que cuando vieron los resultados del estudio, al parecer ni siquiera quienes los llevaban a cabo lograron aceptar por completo las ventajas que auguraba el híper. Culposos, entonces, alteraron no el contenido –inobjetable- sino la presentación, y destacaron “para la prensa” (sospechaban sin error que los periodistas no abordarían el mamotreto) algunos puntos que sugerían la inconveniencia de aprobar el plan de WM. Luego, en el desarrollo del trabajo, esas afirmaciones no eran convalidadas. Más bien lo opuesto.
Así la cuestión es como llegó el referendo vinculante, con el resultado apuntado al comienzo, que al día de hoy intenta ser tildado de anticonstitucional (¿?)
En otras palabras, Wal Mart puede instalarse y prometió inaugurar en el término de un año.
Y creo que hay dos aristas para rescatar de la votación o mejor dicho de su resultado. Una, que la negativa fue apenas respaldada por poco menos del 13% de los votantes. Y como se puede suponer de manera algo confiable –ya que estaban movilizados ideológicamente contra los yankees-, fueron todos a votar, o la mayoría de ellos. Y aquí quiero resaltar que a pesar de constituir una notable minoría, por un tiempo casi logran abortar el proyecto, contra la opinión mayoritaria de los vecinos que se expresó en forma contundente en la votación.
La otra arista está asociada a la primera y debe llevar a reflexionar –esto parece no acabarse nunca en la Argentina- acerca de cómo ciertas posiciones ideológicas que se plantean como meras consignas, están sustancialmente alejadas de las necesidades de la gente, aun cuando se arroguen el derecho implícito de representarlas.
Esto se expresa hoy con singular contundencia, porque el SI provino –y en eso no hay duda- en gran medida del sector de la población por quien el llamado progresismo bate más el parche de la defensa y que le dio la espalda.
Deberían reparar en las magníficas expresiones posteriores a la votación de gente de barrios humildes, que reflejaban con claridad cuáles intereses habían sido derrotados en el referendo, de los cuales los “progres” fueron instrumento.
Por eso, no cabe más que celebrar esta expresión de los ciudadanos.
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