miércoles, septiembre 02, 2009

Derrotados por el voto

Este comentario es de alcance limitado. Interesa, probablemente, sólo en Bariloche, donde por primera vez -creo- se puso en práctica el referéndum. El caso es que la convocatoria a la expresión popular por el Si o el No se debió a la instalación de un hipermercado de la cadena Wal Mart, más precisamente Chango Más.
Para terminar con la intriga, antes de las explicaciones pertinentes, digamos que triunfó el SI con un apabullante 85% y con una asistencia de votantes (el referéndum es obligatorio) del orden de 40%.
El proyecto es sumamente ambicioso por su magnitud y está destinado a instalarse en un predio que se encuentra enclavado en lo que se denomina aquí los barrios del Alto, el sector más pobre de la ciudad, alejado unos pocos kilómetros de las zonas que visitan los turistas; a excepción de quienes por auto se desplazan hacia El Bolsón.
El plan “imperialista” atravesó una serie de requisitos establecidos por la municipalidad, pero no sucedió igual entre los miembros del Concejo Deliberante. En el cuerpo y por fallo dividido –en medio de una gran polémica general y con bandos antagónicos vociferando en el recinto- el proyecto fue rechazado.
El argumento que batieron los detractores fue que Wal Mart pondría en marcha prácticas monopólicas y provocaría el cierre de los pequeños comercios de la región donde estaría asentado, generando desempleo.
Esta postura estaba matizada con consignas antiimperialistas de rigor en Bariloche e incluso se apeló a propagandas televisivas donde se denunciaba con material de archivo las prácticas indeseables a nivel mundial de la cadena de hipermercados.
En la otra vereda, los defensores del proyecto no eran otros que los potenciales beneficiarios del hiper: los propios vecinos de los barrios más alejados del centro, que enarbolaban argumentos irrebatibles: los precios de Wal Mart en el resto del país son sustancialmente inferiores a los vigentes en Bariloche en prácticamente todos los rubros en comparación con los de los supermercados existentes y, además, subrayaban el beneficio que suponía contar con un supermercado donde actualmente no los hay. No hicieron caso de las admoniciones sobre la pérdida de empleos. Como consumidores y como enseña la economía la defensa de Wal Mart suponía la posibilidad de un empleo más eficiente de sus ingresos.
La presión de la gente fue la que condujo a que se dispusiera más tarde el referéndum, porque estaba implícito en la negativa del Concejo que operaban fuerzas oscuras ligadas a unos pocos empresarios locales. Nunca dieron formalmente la cara (la cámara respectiva apenas expresó su oposición) y de fronting emplearon a bulliciosos emisarios del sindicato de empleados de comercio. Como sea, el argumento del desempleo potencial logró prender en la izquierda “progresista” vernácula, que manejando consignas y pocas ideas, asumió de facto la representación de los carenciados, que claramente despreciaron la ideología en una materia que los afectaba directamente. En suma que el yankees go home obtuvo una victoria parcial, apenas moderada por la decisión de los concejales de encargar un estudio económico que analizara el impacto potencial de la instalación de WM.
El estudio, sesudo, llegó y fue lapidario. No encontró evidencias (más bien todo lo contrario) de que Wal Mart planteara una actitud monopólica y dio por el piso con la objeción de que Bariloche no admitía una cadena de tales dimensiones. De la lectura surge que habrá más beneficios que perjuicios y éstos en todo caso son de improbable comprobación, dadas las características estructurales de los pequeños comercio de la zona del Alto. Y algo más: quienes sufrirán la instalación de Wal Mart son las cadenas de supermercados actuales ya instaladas.
Claro que cuando vieron los resultados del estudio, al parecer ni siquiera quienes los llevaban a cabo lograron aceptar por completo las ventajas que auguraba el híper. Culposos, entonces, alteraron no el contenido –inobjetable- sino la presentación, y destacaron “para la prensa” (sospechaban sin error que los periodistas no abordarían el mamotreto) algunos puntos que sugerían la inconveniencia de aprobar el plan de WM. Luego, en el desarrollo del trabajo, esas afirmaciones no eran convalidadas. Más bien lo opuesto.
Así la cuestión es como llegó el referendo vinculante, con el resultado apuntado al comienzo, que al día de hoy intenta ser tildado de anticonstitucional (¿?)
En otras palabras, Wal Mart puede instalarse y prometió inaugurar en el término de un año.
Y creo que hay dos aristas para rescatar de la votación o mejor dicho de su resultado. Una, que la negativa fue apenas respaldada por poco menos del 13% de los votantes. Y como se puede suponer de manera algo confiable –ya que estaban movilizados ideológicamente contra los yankees-, fueron todos a votar, o la mayoría de ellos. Y aquí quiero resaltar que a pesar de constituir una notable minoría, por un tiempo casi logran abortar el proyecto, contra la opinión mayoritaria de los vecinos que se expresó en forma contundente en la votación.
La otra arista está asociada a la primera y debe llevar a reflexionar –esto parece no acabarse nunca en la Argentina- acerca de cómo ciertas posiciones ideológicas que se plantean como meras consignas, están sustancialmente alejadas de las necesidades de la gente, aun cuando se arroguen el derecho implícito de representarlas.
Esto se expresa hoy con singular contundencia, porque el SI provino –y en eso no hay duda- en gran medida del sector de la población por quien el llamado progresismo bate más el parche de la defensa y que le dio la espalda.
Deberían reparar en las magníficas expresiones posteriores a la votación de gente de barrios humildes, que reflejaban con claridad cuáles intereses habían sido derrotados en el referendo, de los cuales los “progres” fueron instrumento.
Por eso, no cabe más que celebrar esta expresión de los ciudadanos.