jueves, septiembre 27, 2007

“Chicas fáciles”

Una reciente encuesta que es publicada hoy en los medios argentinos, nos ha desayunado con una curiosa conclusión: que muchos adolescentes no usan métodos anticonceptivos durante sus relaciones sexuales, por temor a ser calificados de sexópatas –en el caso de los varones- o de “chicas fáciles”, cuando se trata de las damas.
Los argumentos esgrimidos no tienen desperdicio. Los varones suponen que comprar muchos preservativos equivale a que sean tildados de sexópatas (¿?) y las chicas se fijan en “el que dirán”. Suponen que “si se cuidan” van a decir de ellas que son “chicas fáciles”.
La reflexión más obvia a la que se apeló es que los jóvenes entre otras cosas adolecen de suficiente educación sexual. Pero el tenor de las respuestas a esa encuesta estaría señalando algo más general y sencillamente constatable: los jóvenes adolecen de educación, así, en forma amplia, circunstancia que, si la compulsa está en verdad reflejando un comportamiento general en la juventud, demuestra una notable incapacidad de reflexión o de elaboración intelectual.
Porque no hay que olvidar que aun cuando la educación sexual es una cuestión en permanente discusión con favorecedores y detractores, hace ya bastantes años que los medios de comunicación vienen alertando hasta el hartazgo sobre embarazos no deseados o los peligros sobre la salud.
Para efectuar una comparación que creo pertinente, sucede como con la epidemia de los accidentes de tránsito, padecimiento que comparten por igual España y la Argentina. Todo el mundo está al tanto de que conducir habiendo bebido alcohol disminuye los reflejos y es la principal causa de los accidentes. Pero parece inevitable: los muertos y heridos se multiplican a pesar de las campañas de difusión y esto alcanza a todos los estatus sociales. Pura estupidez.
Pero el tema del sexo responsable pareciera tener otras connotaciones. Los parámetros de comportamiento sexual han indudablemente cambiado y la iniciación es ahora mucho más temprana que en el pasado. Sin embargo a estar de las respuestas aludidas antes, hay indicios de que las prácticas sexuales siguen teñidas de los mismos sentimientos de culpa, del contenido pecaminoso, y la liberalidad en ese sentido que a veces observamos, se limitaría a casos especiales.
Cualquiera que tenga un cierto contacto frecuente con los jóvenes notará que los paradigmas de identificación moral no se han alterado demasiado respecto de lo que han sido en el pasado. Un aspecto si se quiere ejemplificador es la evidencia de que a las jóvenes que se suponen con frecuentes y distintas parejas íntimas, se las sigue calificando de “putas” y se las desprecia conceptualmente como parejas estables.

miércoles, septiembre 26, 2007

Miedo al periodismo

Néstor Kirchner, el presidente argentino, termina su período el 10 de diciembre próximo. A lo largo de los más de cuatro años de su mandato nunca jamás accedió a una conferencia de prensa. Que recuerde, hubo dos entrevistas con periodistas de un mismo diario (Clarín), que acomodó sus enfoques editoriales, en el difícil equilibrio de no exhibirse demasiado oficialista y a la vez no mostrarse exageradamente crítico.
El manejo discrecional de los fondos destinados a la publicidad de los actos de gobierno –castigando a los medios opositores y beneficiando a los proclives y aun intrascendentes en términos de tirada-; la reticencia manifiesta de los funcionarios de gobierno a conceder entrevistas a medios opositores y esa característica de Kirchner de no prestarse a las preguntas francas de los periodistas, redondearon en este tiempo un panorama desalentador para la prensa argentina.
Esa tónica respecto de los medios no oficialistas revela una modalidad autoritaria, el trasfondo escasamente democrático de un gobierno que no se siente obligado a dar explicaciones a la sociedad y que suplantó la discusión legislativa por el recurso habitual del dictado de decretos (de necesidad y urgencia) habilitados exclusivamente para casos excepcionales.
Kirchner no solamente no convocó nunca al periodismo a una discusión abierta y sin restricciones, sino que desde el púlpito desde el cual pontifica frente a sus inevitables adherentes, ha fustigado con dureza a los periodistas que se atrevieron algunas veces a expresar críticas y objeciones a los actos de gobierno. Y cuando esto ha sucedido, sus operadores políticos han reconvenido duramente a los medios.
El escenario posterior a diciembre no se presenta mejor. Su esposa Cristina, candidata ahora para la próxima elección de octubre y que se comporta como la reina heredera de un trono, no da muestras de tender a un cambio en ese sentido. Muy por el contrario. En sus viajes al exterior ha prohibido expresamente que los periodistas argentinos ingresaran a las conferencias de prensa, restringiéndolas a los extranjeros. Sucedió en España, en Francia y ahora en la visita que realizan a Nueva York. Por supuesto, tampoco mantiene encuentros con periodistas en su propio país.
En algún nivel, no tener contacto con la prensa, puede ser interpretado como una decisión respetable. Pero en el caso de los funcionarios públicos, o de los políticos en una campaña previa a la elección, es (o debiera ser) una exigencia ineludible. Podemos presumirlo, pero los argentinos carecemos de indicios a un mes de los comicios de cuáles son las propuestas de quien el gobierno ya erige como segura triunfante. Deberemos conformarnos con las generalidades de su verborragia sin contenido. Ni siquiera promesas respecto de los serios problemas económicos y sociales que aquejan al país. Sus votos serán difíciles de explicar.

domingo, septiembre 23, 2007

Cristina en Nueva York

Los análisis políticos minuciosos acerca de cómo administra el matrimonio Kirchner sus decisiones no tienen destino. Tanto el presidente como su esposa mostraron sin pudor un doble discurso irritante a lo largo de los últimos cuatro años. Ese comportamiento ha sido sintetizado como… hablar por izquierda, pero decidir por derecha. Esa certidumbre ha conducido a que obtuvieran el apoyo y la adhesión de algunos de los sectores más poderosos de la economía, que pasaron por alto las proclamas públicas de barricada, ante la evidencia de decisiones favorables a sus intereses en la intimidad de las negociaciones.
Kirchner cimentó en apariencia una sólida amistad e identidad de intereses con el bolivariano Hugo Chávez, con el movimiento indigenista de Evo Morales en Bolivia y con el aliado chavista de Ecuador, Rafael Correa, que acaba de visitar Buenos Aires expresando sus coincidencias antiimperialistas.
Pero esa tónica de política exterior, matizada siempre con declaraciones altisonantes, no obsta para que el matrimonio busque el apoyo de los inversores entre los países desarrollados a los que fustiga permanentemente.
Como se sabe, Cristina ha visitado Europa en los últimos días en su peregrinaje de instalación internacional previo a las elecciones donde se presenta como candidata a presidente. Estuvo en el viejo continente pidiendo confianza de los inversores en su potencial próxima gestión, una pretensión algo desmedida considerando el dudoso apego a la legalidad que han mostrado tanto ella como su marido.
Ahora juntos inician un periplo por Nueva York, hacia donde los conduce el mismo propósito. Pero esta vez es mucho más emblemático porque la mendicación es en la escalinata del templo mismo de las finanzas internacionales. Es cierto que no hay previstos encuentros en los ámbitos estrictamente republicanos, y algunos de ellos estarán teñidos de cierta identidad con sus proclamas domésticas. Pero no hay que engañarse, los Estados Unidos son lo que son y atienden prioritariamente a sus intereses. O creeremos que en el almuerzo que tiene previsto Cristina en el Consejo de las Américas logrará torcer la visión norteamericana sobre la postergada América latina.
En suma, que el viaje vuelve a exhibir el doble estándar tan caro al matrimonio presidencial, con algunos gestos apropiados de disimulo para el frente interno.
La nota de color es que la visita a los Estados Unidos se cerrará en un encuentro con Bill Clinton. Néstor le debe haber advertido a Cristina que no la dejará a solas con el ex presidente norteamericano. Sería demasiado arrodillarse.

miércoles, septiembre 19, 2007

Que presente el título

Las encuestas oficiales sostienen que la mujer del presidente ganará en las elecciones del 28 de octubre. La oposición asegura que las compulsas mienten y que habrá una segunda vuelta. Y en el ambiente político aseguran que hay quienes están por dar un zarpazo final para limar la imagen de la candidata.
Cierto o no, se verá. Porque aquí, públicamente, del tema no se habla y los periodistas que se han ocupado de la cuestión no lograron ninguna repercusión en el resto de los medios. El caso es que hay serias sospechas de que Cristina Kirchner no se graduó de abogada, como se suponía o se hizo creer. ¿Formó o no parte de un estudio legal? en la provincia que gobernó su marido y de la cual es oriundo: Santa Cruz.
Y para alimentar más esa desconfianza dicen que la Universidad Nacional de La Plata, que al menos frecuentó, niega información al respecto, declarando confidencial comunicar en qué folio y con qué número está registrado su título habilitante.
Puede ser pura malicia de los opositores que no quieren a Cristina en el futuro gobierno. Pero si fuera así, la doña del matrimonio presidencial pasaría a engrosar la lista de los falsos profesionales que de tanto en tanto sorprenden a los argentinos.
El actual jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Jorge Telerman., que perdió en las elecciones y dejará su sitio en diciembre, se presentaba como licenciado, hasta que fue descubierto. Licenciado en nada.
Otra decepción fue la protagonizada por Juan Carlos Blumberg por los mismos días. El hombre que pasó a la notoriedad política por su lucha contra la inseguridad tras el secuestro y asesinato de su hijo Axel, quedó en evidencia al descubrirse que no era ingeniero como se presentaba y dejaba llamar. Los que rastrean en los placards, no encontraron vestigios de tales estudios. Atinó a argumentar que se había recibido en Alemania en la Universidad de Röttingen, pero ahí tampoco había huellas de su paso por las aulas. Al fin terminó admitiendo que se trataba de un curso en materia textil. ¡Un curso! En octubre aspira a una candidatura en las elecciones. Pero ha perdido autoridad moral.
Y en otro plano, pero muy ventilado, una escandalosa vedette entrada en años, fue sorprendida en la misma farsa. Hasta hace unos pocos días aseguraba ser también ingeniera. Todos le creían hasta que alguien revisó los archivos. Pueril, la “dama” dijo que había extraviado su diploma.
Por las dudas tengo el mío a mano, en caso de que ustedes lo reclamen.

martes, septiembre 18, 2007

Crisis financiera en Europa

Las siguientes entradas fueron publicadas en www.lacomunidad.elpais.com/muy-al-sur, en orden inverso al que se presentan aquí.

Insisto: atenti a los bancos

Sé bien que mi blog de hace unos días…ALERTA: ¡Saquen la plata de los bancos! debe haber resultado irritante para muchos por su crudeza. Aquí, en la Argentina hemos atravesado por duras crisis financieras y como especialista en esa materia, desde los medios jamás me fue posible alertar abiertamente a los lectores por cierres inminentes de bancos. Porque el periodismo económico jamás atenta contra un sistema financiero, lo protege hasta cuando ya es inocultable. Sin modestia aseguro que jamás me equivoqué. Pero ese conocimiento anticipado bastó apenas para aconsejar a los allegados y proteger mis propios ahorros.
Pero en este mundo de los blogs las cosas son distintas. Cada uno dice lo que se le viene en gana y como lo desea. Pero quise probarlo en la práctica; como una suerte de provocación. Y le he dicho a la gente que se mantenga atenta a sus ahorros, porque la crisis que comenzó en los Estados Unidos amenaza con propagarse, a otros bancos de Gran Bretaña (ya sabrán que Northern Rock se está convirtiendo en Northern Butter) y a otros países de Europa. Y España no está al margen.
Los pequeños ahorristas son como los maridos engañados, los últimos en enterarse. Los financistas, los que manejan fuertes volúmenes de capitales, ya tomaron sus precauciones y en los medios especializados apenas encontrarán pálidas referencias a la crisis, señales confusas para los no entendidos, matizadas con declaraciones de directivos bancarios y ministros que piden calma y aseguran que la situación está bajo control.
Así que vamos a darle verdadero sentido comunitario a este blog con lo que considero es mi responsabilidad con ustedes (les sonará mejor vosotros): darles la verdadera dimensión de la crisis. Para eso nada mejor que tener una visión distante, de quien no se siente directamente afectado. Y para que esté libre de la sospecha de efectismo, que sea a través de este link: http://www.ieco.clarin.com/notas/2007/09/17/01501224.html

GLOSARIO PARA LA NOTA “LINKEADA”:
Corralito: Así se denominó a la medida de emergencia aplicada en 2001 que impidió a los depositantes retirar sus fondos de los bancos. Como no fue exitosa fueron más allá y aplicaron lo que se conoció como corralón, una virtual confiscación de los depósitos en moneda extranjera, básicamente dólares.



Saquen la plata de los bancos

Si hay amigos hispano parlantes viviendo en Gran Bretaña y llegan a este sitio, por una suerte de solidaridad latina les recomiendo que vayan sacando sin demora sus dineros de los bancos…si los tienen. Aunque es poco probable que el sólido sistema financiero inglés ingrese en la bancarrota, nunca está de más precaverse de disgustos.
No es políticamente correcto que un economista haga una recomendación tal que aliente una corrida de los depositantes sobre los bancos, pero consideren que el consejo es sólo para los de habla español, al fin y al cabo los ingleses tienen todavía las Malvinas, de manera que no les debemos favores.
Los argentinos tenemos sobrada experiencia sobre estas cuestiones. Nos pasó en el 81-82; en 1989 y en el 2001. En todos esos años miles y miles de ahorristas quedaron con el culo al aire, lenguaje éste –admito- poco académico.
No importa lo que digan los especialistas en estos temas en el Financial Times o cualquier otro medio especializado en Finanzas. Cuando un banco tiene una corrida es cuestión de tiempo que les pase a otros y –atiendan bien-, no hay banco central que sea capaz de sostener a todo un sistema financiero.
Cómo resulte dependerá del grado de incertidumbre que invada a la gente. Si fuera aquí, en la Argentina, la gente ya estaría pateando las puertas de los bancos, hartas como están de que los esquilmen. Claro, la flema inglesa podría resultar en una situación más tranquila. Vea lector la foto de la larga cola de gente esperando pacientemente que el banco le devuelva su dinero, aunque por repetida puede de todas formas resultar inquietante.
Los que no han prestado atención pueden enterarse aquí que el Northern Rock, el quinto banco del Reino Unido por hipotecas concedidas, está soportando una corrida de los depositantes con la ayuda del Banco de Inglaterra. Este es un coletazo de la crisis hipotecaria que se inició en los Estados Unidos en agosto.
Al banco en cuestión dice la información periodística que ya le retiraron el 4% de los depósitos. El presidente del banco dijo que el problema es “temporal” y que están cubiertos, pero sepan bloggeros que la fortaleza se acaba de la noche a la mañana cuando los clientes pugnan por su plata.
Y otra más. Si una casa central se cae, también lo hacen sus sucursales. De manera que si las hay en la península, pongan las barbas en remojo y háganse de sus euros, hasta que pase la tormenta. Porque los que saben de estas cosas, ya lo han hecho.

viernes, septiembre 14, 2007

Tabaco y colesterol

Hay unos programas de TV sobre la salud, a los que se suman ediciones regulares de los diarios sobre el tema y revistas especializadas, a los que dejaré de prestarle atención. No hacen otra cosa que alertar sobre el peligro de distintos hábitos, alarmando sobre la elevada tasa de mortalidad que provocan. Por supuesto que el primer llamado de atención es sobre el hábito de fumar, que padezco y que creo que me va a acompañar hasta el día en que se apague la luz. No es que me enorgullezca apestar a tabaco. Ya hace tiempo que estoy sintiendo los efectos de miles de cigarrillos aspirados.
El otro hábito es el de las comidas que provocan el alza del colesterol (el malo, le dicen), del que me cuido para evitar sumar causas a la posibilidad de quedar tullido o darle un disgusto repentino a los parientes sin haber dejado arreglados mis asuntos.
Advierten también todas esas publicaciones y programas sobre el cuidado de las articulaciones, los huesos y cualquier parte latente del organismo.
La consigna es “vivir mejor”, pero en este mundo lleno de peligros, uno ve a diario cómo la vida puede culminar en un instante por culpa de los otros, que acaso no fuman ni tienen el colesterol por las nubes.
Y lo menciono porque así fue que surgió la idea. Hace unos días dos ómnibus chocaron en pleno centro de Buenos Aires y uno de ellos arrolló a una persona ya mayor que distraídamente circulaba por la vereda y que acaso había alcanzado avanzada edad poniendo atención en el cuidado de su salud. Con poca diferencia un auto se estrelló contra una pared aplastando a un señor con su hijo de 10 años y ambos murieron.
Casos de estos abundan y qué no decir de los que mueren víctimas de delitos, terremotos, tsunamis o juguetes envenenados.
Me parece que ya habría que empezar a hacer la salvedad con nuevas consignas: Si Ud tiene suerte y no muere a manos de un conductor desaprensivo, la locura de un delincuente o un evento catastrófico, sepa que puede alargar la vida con tales y cuales cuidados.
Recuerde: Los otros son perjudiciales para la salud.

jueves, septiembre 13, 2007

Miedo a competir

Me ha parecido que tanto embate contra el perfil de las sociedades actuales, acusadas de deshumanización, merecían al menos unas palabras. No es que no haya algo o bastante de cierto en la tendencia individualista que se expresa claramente en diversas comunidades, pero tengo para mí que achacarla a la competencia y por añadidura adjudicarlas al neoliberalismo, luce más ideológico que razonable. Diría que es una simplificación, puro proselitismo.
Rechazo aquí declaraciones o postulados altisonantes, porque a veces las cosas se explican mejor por el camino de la simplicidad. Mi punto de vista partirá de un interrogante:

-¿Por qué elige –usted eventual lector- una determinada panadería y no otra donde comprar el pan?

Esta sencilla pregunta luce como una estupidez, pero la respuesta da un primer indicio para desentrañar aquella cuestión mucho más amplia, de carácter social y acerca de la cual se bate el parche incesantemente en los blogs.
Veamos… ¿qué se puede responder? Para comenzar dejemos de lado la respuesta… “porque soy amigo del panadero”, que sugiere que la decisión es afectiva y no racional. Concentrémonos en las siguientes:

1) Porque el pan y las masas son más baratas
2) Porque el pan y las masas son más gustosas

¿Y entonces, que resolvemos con esto? Mucho. Porque el núcleo que asocia a las dos respuestas es una palabra: Competencia. Que para este caso puede transitar dos caminos. En 1) hay un panadero que busca vender más en base al precio y en 2) un panadero que con igual propósito eligió el argumento de la calidad.

Lo singular aquí es que al volcar nuestra preferencia por uno u otro de acuerdo a nuestra situación o predilecciones, no hacemos otra cosa que convalidar la competencia entre ambos.
¿Y por qué compiten los panaderos? Lo hacen porque quieren tener más clientes, lo que significa vender más, obtener mayores ganancias, en fin…por ambición. Más ganancias significan una mejor vida, para los panaderos y para sus eventuales empleados, o los nuevos que debería contratar si su negocio crece.
Supongamos que ambos panaderos formaran parte de un grupo social utópico donde no existiera la competencia. Sería necesario en ese caso eliminar también la ambición. Pretendamos que sólo se adormece, como dice el tango… “el músculo duerme y la ambición descansa”.
En esa situación, al carecer de incentivos, ambos panaderos dejarían de preocuparse por el precio de venta de sus productos y también por la calidad, porque no anhelan beneficio alguno. Los clientes en este caso deberían conformarse con lo que está tras los mostradores.
Pero como se trata de una sociedad utópica, a menos que estuvieran dormidos, lo que en realidad harían los panaderos es tratar de aumentar sus beneficios de alguna forma. Una sería aumentar los precios del pan, las masas y las tortas. Como en esa sociedad seguramente habría “alguien” erigido en control de tales desvíos, se los impediría. Entonces los panaderos tomarían un atajo donde no pudieran ser “observados”. En la intimidad de “la cuadra”, utilizando sus conocimientos del oficio en lugar de emplearlos para mejorar –como operaría el incentivo de la competencia- lo harían para reducir los costos y por supuesto la calidad. La conclusión: todos los compradores saldrían perdiendo.
Este sencillo esquema que puede por todos ser comprendido se extiende hacia todos los rincones de la economía y las relaciones sociales, sin duda la mayoría de las veces con matices más complejos. No es un descubrimiento nuevo: está planteado en “La Riqueza de las naciones”, de Adam Smith, escrito a fines del XVIII, obra que dio comienzo a la economía, sino como ciencia, al menos como disciplina.

El punto es que la ambición es el motor que explica muchos de los comportamientos humanos. Y la ambición necesariamente implica competencia, con uno y con los otros. Progreso personal frente a uno mismo y frente a los demás. Y dado que el empeño, las capacidades y el punto de partida son diferentes para cada individuo, necesariamente tendrán lugar desigualdades.
Y es el momento de introducir el vapuleado consumismo, fruto al fin de los resultados de esa competencia. Pero aquí no se puede pretender como muchos lo hacen, una estandarización del comportamiento. El consumo depende por completo de decisiones personales, en el mundo actual inducidas –es cierto- pero al que es posible ponerle límites individuales. El cómo es otra discusión, pero que de seguro conocen quienes lo castigan.
No está de más insistir en que el teléfono celular que portamos, la computadora que usamos en este momento, para abreviar, el confort de que disfrutamos (ausente y desconocido por las generaciones pretéritas) es fruto de un trabajoso reconocimiento de la humanidad -que llevó siglos- sobre el papel de la ambición y la competencia en el progreso.
Es curioso que hoy existan tantos y tan numerosos nostálgicos del medioevo tomista o de sistemas definitivamente fracasados, que apenas puedan reconocerse en sus propias conductas. Porque a poco que reparen honestamente en ellas verán que comparten esas cualidades irrefutables.
Imagino por dónde vendrán las críticas. Lo dicho no equivale a convalidar desigualdades, que deben resolverse, pero no con la igualación hacia abajo anulando el empuje de la creatividad y el esfuerzo humanos, como en el fondo parecen proponer muchos. Al menos es mi opinión, apenas esbozada en honor a la brevedad.

Esta nota fue una respuesta publicada en www.lacomunidad.elpais donde muchos blogeros pregonan insistentemente contra la competencia y el consumismo.

miércoles, septiembre 12, 2007

Destinos




Norberto “Pappo” Napolitano y yo teníamos algunas cosas en común, aunque yo era algo mayor. Nuestros viejos habían sido amigos en la infancia –al menos se conocían- y recuerdo haber estado en su casa, para conseguir algún “fierro” viejo de toda la chatarra que había acumulada en la parte delantera de la vivienda. Me acuerdo como si fuera hoy, porque era chico y me impresionó aquella increíble cantidad de metales, como nunca había visto. El padre de Pappo trabajaba en algo relacionado con esos fierros.
Esa vez conocí a Pappo, y de ahí en adelante cada vez que nos cruzábamos en la calle nos saludábamos, apenas. Nunca fuimos amigos.
Temprano en la tarde, un par de veces por semana yo solía caminar en el rumbo de su casa, por la vereda de enfrente, estuche de mi guitarra en mano, hacia mis clases de música.
En alguno de esos pasajes lo veía a Pappo, sentado en el umbral, con pantalones cortos como se acostumbraba, aburrido a la hora de la siesta. Un breve gesto de saludo, de lejos, y seguía mi camino.
Con los años me fui alejando del barrio. Primero diez cuadras, luego algo más, hasta que al fin esas calles quedaron casi en el olvido. También me olvidé de Papo y con toda seguridad él de mí. También me alejé del estudio de la guitarra, porque a pesar de la perseverancia estaba claro que no estaba destinado al noble instrumento..
No fue así con Pappo, como muchos sabrán. Llegó a ser reconocido como un excelente guitarrista y hasta lo apodaron El Carpo por su notable digitación. Logró un estilo particular en el blues y su calidad musical fue ponderada incluso por B.B.King. Fue el mejor exponente del rock pesado en la Argentina y un ídolo y referente aún de los jóvenes actuales, no obstante que estaba en el medio siglo de vida. En el 2004, vestido con cuero como era su estilo, una noche perdió la vida en una ruta montado en su Harley.
He pensado que acaso su vocación por la música nació de verme pasar aquellas tardes frente a su aburrimiento. Si fue así, en todo caso mis estudios sirvieron mejor de lo que se esperaba.

domingo, septiembre 09, 2007

La Candidata



Bariloche. Argentina. La mujer en la foto, para quienes no la conocen, es Cristina Fernández. Para más datos la esposa del presidente Néstor Kirchner y –según las encuestas que ellos mismos contratan- la indudable presidenta cuando se celebren las elecciones el mes próximo, en primera vuelta, porque aquí hay ballotage.
El matrimonio es ideológicamente de izquierda –resucitaron la reivindicación de las guerrillas de los ´70 y algunos de sus integrantes (como la ministra de Defensa) ocupan cargos en el gobierno. Pero en la praxis, todos aquí lo saben, se comportan como de derecha. Por estos días están acorralados por el descubrimiento de hechos de corrupción inocultables –que hacen palidecer a los de la era de Menem- que se expresan en distintos niveles, de los que por supuesto se despegan como si pertenecieran a otro gobierno.
La señora no había salido del país, nunca, hasta que su esposo alcanzó la presidencia con el misérrimo porcentaje de 22%, gracias a los vericuetos de la política argentina. Ahora es una viajera infatigable. En el último mes más o menos sus periplos responden a cierta necesidad de presentarse en el mundo. Pero antes, sus frecuentes salidas al exterior se asociaban con el shopping, de la que se tornó una fanática inesperada. La prensa la detectó varias veces en esos menesteres. También surgió en la señora una necesidad irrefrenable de mejorar su aspecto personal. Recurrió entonces a procedimientos quirúrgicos que jamás fueron revelados, pero que dejaron sus huellas en el rostro, como el botox que en el último tiempo le tiene medio paralizada las facciones.
La señora tiene también carácter fuerte –suelen reconocer en su entorno-, pero eso es sólo un eufemismo por crispada y desequilibrada, de agresión fácil. Es el tipo de mujer con la que un hombre no quisiera discutir.
Hay que reconocer algo. No sufre de miedo escénico y enfrenta a los auditorios con solvencia e improvisa con facilidad. Claramente ha pasado por cursos de oratoria. Sus gestos escénicos la delatan.
La pareja que hoy decide en el país tiene antecedentes sombríos. Quieren renegar de Menem y de la década de los ´90 a la que atribuyen todos los males de la Argentina, pero es inocultable que estuvieron entre los más firmes adherentes al ex presidente. A menudo la TV se regodea con las imágenes donde lo calificaban poco menos que de salvador de la Argentina. También se los señala de amasar una fortuna, aprovechándose de la ejecución de deudores de préstamos hipotecarios en su estudio de abogados en la provincia de Santa Cruz, donde por mucho tiempo también gobernaron. Se les adjudica riqueza, el manejo indiscriminado de los fondos públicos y hoy supimos que poseen un flamante y lujoso hotel en El Calafate (la ciudad vecina al glaciar Perito Moreno), donde el alojamiento diario vale nada menos que 700 dólares. El hotel está contiguo y comunicado con otra lujosa construcción, la casa que la pareja presidencial se hizo construir y donde, de cuando en cuando, transcurren cómodas vacaciones.
Me cuesta recordar ex presidentes que mostraran su riqueza en ejercicio del poder. Sólo Menem, que hizo erigir una mansión en su pueblo natal de apenas unos cientos de habitantes y una pista de aterrizaje para uso propio, en la provincia de La Rioja. Fue en su momento un escándalo que marcaba la dimensión corrupta del gobierno.
Los Kirchner no exhiben el mismo estilo farandulesco de la era Menem, son en eso menos expuestos, pero manifiestan conductas equivalentes. Se adueñaron de la caja, para ellos y para sostener el esquema de poder basado en las dádivas a quienes los apoyan y el castigo a quienes se oponen.
Una agudización de estas condiciones, es la perspectiva que domina el escenario para los próximos años de la Argentina, si es que las encuestas dicen la verdad.

viernes, septiembre 07, 2007

Inteligencia policial

Ha habido un crimen. Pasional, pero eso lo supimos después, cuando la mujer fue capturada. Mató a su amante –un médico de 59 años- en plena calle de tres balazos terminantes. Y fugó…en bicicleta, lo que resultó efectivo porque un policía que la persiguió no alcanzó a atraparla.
Crímenes hay todos los días en Buenos Aires, por robos, secuestros o entre los mismos malhechores, lo que aquí llama el periodismo “ajuste de cuentas”, como si se tratara de contables.
Lo que hizo particular este episodio es que la despechada eligió para su crimen una cierta tradición inglesa. Se preparó. Seis meses antes compró un arma calibre .380, durante ese tiempo tomó clases, adquirió destreza y cuando consideró estar lista arremetió contra el médico, en disfraz de hombre. Pero algo delató su condición femenina ante una testigo que vio el episodio y vociferó: “fue esa mujer que escapa en la bicicleta”.
Nadie ha informado qué se hizo del tal vehículo. En cambio, se supo que en lugar de retornar a su casa se dirigió a un hotel para pasar la noche. Una buena medida en el plan si quiso eludir la posibilidad de que la policía estuviera tras su pista. Debe haber leído los diarios. Esa mañana no decían nada sobre su identidad. Se sintió confiada y volvió a su departamento, a buscar dinero para huir al interior del país. La estaban esperando.

-¿Su marido tenía algún enemigo?
-Una mujer lo acosaba.

La esposa dio todos los datos. El médico había dejado las pistas, aunque dicen que había revelado sólo una parte de la verdad. No el amorío que mantenía desde hacía tiempo.
Fue una planificación desdichada, pero se escuchó declarar a un jefe policial algo así: “debemos destacar la labor investigativa de nuestro personal en la resolución de este caso”.

jueves, septiembre 06, 2007

Veinticinco años

Alguna vez llamé a cada uno por su nombre. De todos, casi seguro, tenía una opinión. Sabía, sin duda, con quién afinidades y con quién no. También en el que podía confiar. El que tenía códigos y el que no, aunque en aquellos años no había tal denominación para la nobleza. Notaba cualquier ausencia. En fin éramos compañeros del secundario y compinches de algunas inocentes tropelías. De escapes furtivos de la escuela a media mañana, para eludir alguna lección no estudiada o por el solo placer de una aventura –vista desde aquí- módica. Fueron cinco años intensos, que por un largo tiempo –tan raro- quedaron sepultados en la memoria. No hubo tampoco con quién rememorarlos.
Hasta el día en que recibí la llamada y el interlocutor –orientado por la guía telefónica- intentaba cerciorarse de que se estaba comunicando con la persona correcta.
-¿Vos estudiaste en el Nacional 17? Tal vez no te acuerdes de mí…

No. No me acordaba y tampoco ahora, pero creo que mentí con elegancia. Por pura cordialidad.
Estaba promoviendo un encuentro de 25 años de la graduación. Acepté concurrir y recordamos algunos episodios. Me pidió información sobre algunos compañeros que no podía localizar. Me dijo que Castrogiovani había sido asesinado en la dictadura militar del ´76 y le pregunté sobre Raúl Domínguez, ése sí mi amigo más entrañable de entonces. No quiere venir, le da vergüenza, me contestó. Cuida una playa de estacionamiento en la avenida 9 de Julio. “Lo encontré por casualidad una vez que dejé ahí mi auto”.
-Te aviso en cuanto logre reunirlos. ¿Vas a venir?
-Por supuesto, contá conmigo.

Llegó ese día. Era el salón de un club de una comunidad española. Una cena. Iba con expectativas. Saber qué había sido de la vida de los otros. Pensaba que podría reconocerlos, pero no fue así. Pasaron delante de mí una sucesión de rostros y apretones de manos con extraños. Algunos recordaban brevemente episodios para mí desconocidos. El promotor daba referencias, hacía un esfuerzo. Fulano, es mayor del Ejército, Mengano es un prestigioso cirujano odontológico. “Ya sabrás Sutano es comisario de la Federal”. Y así. Yo soy periodista, debo haber apuntado ante alguna pregunta. Era ostensible la ausencia de un guitarrista y cantor que había tocado la fama.
Y llegamos a Domínguez, que ubicado ya en la mesa, impecablemente vestido, mortalmente en silencio, observaba todo con apenas una mueca de sonrisa.
-¿Te acordás de Raúl?
-Claro cómo no. Tocayo mío.
-Sabés que es un médico neurocirujano. (¿?)
- Qué bien, atiné a responder.

Raúl no abrió la boca y así se mantuvo durante el transcurso de toda la cena. Nadie osó preguntarle sobre sus logros en los laberintos del cerebro humano. Pero la falsificación ocupó mi mente toda la noche. Como la presencia del portero de la escuela (próximo a convertirse en una ruina) que había sido odiado en la juventud por su genuino desprecio a los alumnos, pero que inexplicablemente estaba ahí, como una suerte de invitado de honor.

Nos fuimos todos con la promesa de un encuentro más frecuente. Yo sabía que estaba mintiendo. Muchos otros habrán hecho igual. No hubo otra reunión. El tiempo nos había trasmutado de amigos a extraños.
Unos meses después me crucé al mayor del Ejército en la calle. No me reconoció y tampoco intenté que lo hiciera. Y el cirujano odontológico, obras social de por medio, se sumergió en mi boca para una intervención, y tampoco vio un rostro familiar. No quise hacérselo notar. No me dieron ganas.

A veces me acuerdo del episodio, cuando otros concurren a sus propias reuniones y me extraña el contraste. Acaso, después de todo, esa larga convivencia adolescente no fue tan intensa como pareció fijarse en mi memoria. Aunque algo es seguro: soy un poco de todos ellos.
El giro humorístico es que aquel salón, en realidad, estaba repleto de extras contratados para la ocasión.

martes, septiembre 04, 2007

Censura a la prensa

Esto va en serio. Los que integramos esta comunidad –como otras equivalentes, por ejemplo la de los blogs del diario El País de España- y estamos convencidos del valor de la libertad de opinar sin restricciones no podemos menos que solidarizarnos con un periodista argentino de la provincia de Salta, que fue condenado por la justicia a un año de prisión en suspenso y a la inhabilitación profesional por el mismo lapso, tras ser hallado culpable de injurias al gobernador provincial, Juan Carlos Romero.
El periodista es Sergio Poma, opositor a Romero y propietario de FM Noticias y una agencia de noticias local.
Invito a esta comunidad a que acceda a http://www.perfil.com/contenidos/2007/09/03/noticia_0049.html , para enterarse de los detalles y repare en el hecho que el abogado del gobernador pidió una condena para Poma que “resultara ejemplificadora” para la prensa.
Es bueno para aquellos que no tienen por qué estar familiarizados con la particularidades del interior de la Argentina, que Salta es una suerte de feudo de la familia Romero, que paradójicamente es la propietaria del diario más importante de la provincia: El Tribuno. Con estos datos huelgan las explicaciones sobre las complicidades entre los estrados judiciales y el poder político.
Preguntémonos: ¿cómo se inhabilita el pensamiento de un periodista? , tal como falló la Justicia. Quienes entren al link verán que Poma fue condenado en otro juicio anterior equivalente a seis meses de prisión en suspenso y a indemnizar al gobernador. Pero esas penas no lo callaron.

Un país de “locos”


Como dicen los chicos “me cayó la ficha”. Ahora me explico la cantidad de conductas que no alcanzaba a entender en la Argentina, a pesar de cierto entrenamiento logrado a través de tantísimos años de periodista. El que corrió el velo fue nada más ni nada menos que el ministro de Salud, un tal Ginés González García (una risa, GGG), que para más datos fue denunciado el lunes por corrupción. La cosa es que GGG aseguró que el 6% de los argentinos “padece patologías mentales severas”.
Siempre se dijo que la Argentina era “un país de locos”, pero creo que se referían a otra cosa, o no. Tal vez era esto de lo que se hablaba.
Sobre lo que no dijo nada fue sobre a qué parte del 100% de la población corresponde el 6 por ciento. O debemos suponer que está repartido de manera homogénea. O peor aún. ¿Estaré yo mismo en ese 6 por ciento?
En todo caso si ese número se refiere a patologías severas –digamos los que están cucú-, vaya a saber cuál es la magnitud de los que sufren de patologías intermedias. Esto explica el auge interminable de la terapia psicológica en la Argentina, que ya se sabe es el paraíso de los seguidores de Freud y Lacan y que gozan de considerable prestigio.
Y ya que estamos en el terreno psicológico reparemos en otra cita de GGG, que instó -en un congreso sobre salud mental- a “profundizar en la influencia de la enfermedad mental en la transformación socioeconómica de nuestra sociedad". ¿Será el inconciente el que habló? Porque el que proclama la transformación no es ni más ni menos que su propio jefe, Néstor Kirchner, y la acaso futura presidenta, su mujer Cristina Fernández. Ambos cierta y ostensiblemente desequilibrados…GGG

Va la foto de GGG