Las encuestas oficiales sostienen que la mujer del presidente ganará en las elecciones del 28 de octubre. La oposición asegura que las compulsas mienten y que habrá una segunda vuelta. Y en el ambiente político aseguran que hay quienes están por dar un zarpazo final para limar la imagen de la candidata.
Cierto o no, se verá. Porque aquí, públicamente, del tema no se habla y los periodistas que se han ocupado de la cuestión no lograron ninguna repercusión en el resto de los medios. El caso es que hay serias sospechas de que Cristina Kirchner no se graduó de abogada, como se suponía o se hizo creer. ¿Formó o no parte de un estudio legal? en la provincia que gobernó su marido y de la cual es oriundo: Santa Cruz.
Y para alimentar más esa desconfianza dicen que la Universidad Nacional de La Plata, que al menos frecuentó, niega información al respecto, declarando confidencial comunicar en qué folio y con qué número está registrado su título habilitante.
Puede ser pura malicia de los opositores que no quieren a Cristina en el futuro gobierno. Pero si fuera así, la doña del matrimonio presidencial pasaría a engrosar la lista de los falsos profesionales que de tanto en tanto sorprenden a los argentinos.
El actual jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Jorge Telerman., que perdió en las elecciones y dejará su sitio en diciembre, se presentaba como licenciado, hasta que fue descubierto. Licenciado en nada.
Otra decepción fue la protagonizada por Juan Carlos Blumberg por los mismos días. El hombre que pasó a la notoriedad política por su lucha contra la inseguridad tras el secuestro y asesinato de su hijo Axel, quedó en evidencia al descubrirse que no era ingeniero como se presentaba y dejaba llamar. Los que rastrean en los placards, no encontraron vestigios de tales estudios. Atinó a argumentar que se había recibido en Alemania en la Universidad de Röttingen, pero ahí tampoco había huellas de su paso por las aulas. Al fin terminó admitiendo que se trataba de un curso en materia textil. ¡Un curso! En octubre aspira a una candidatura en las elecciones. Pero ha perdido autoridad moral.
Y en otro plano, pero muy ventilado, una escandalosa vedette entrada en años, fue sorprendida en la misma farsa. Hasta hace unos pocos días aseguraba ser también ingeniera. Todos le creían hasta que alguien revisó los archivos. Pueril, la “dama” dijo que había extraviado su diploma.
Por las dudas tengo el mío a mano, en caso de que ustedes lo reclamen.