viernes, septiembre 14, 2007

Tabaco y colesterol

Hay unos programas de TV sobre la salud, a los que se suman ediciones regulares de los diarios sobre el tema y revistas especializadas, a los que dejaré de prestarle atención. No hacen otra cosa que alertar sobre el peligro de distintos hábitos, alarmando sobre la elevada tasa de mortalidad que provocan. Por supuesto que el primer llamado de atención es sobre el hábito de fumar, que padezco y que creo que me va a acompañar hasta el día en que se apague la luz. No es que me enorgullezca apestar a tabaco. Ya hace tiempo que estoy sintiendo los efectos de miles de cigarrillos aspirados.
El otro hábito es el de las comidas que provocan el alza del colesterol (el malo, le dicen), del que me cuido para evitar sumar causas a la posibilidad de quedar tullido o darle un disgusto repentino a los parientes sin haber dejado arreglados mis asuntos.
Advierten también todas esas publicaciones y programas sobre el cuidado de las articulaciones, los huesos y cualquier parte latente del organismo.
La consigna es “vivir mejor”, pero en este mundo lleno de peligros, uno ve a diario cómo la vida puede culminar en un instante por culpa de los otros, que acaso no fuman ni tienen el colesterol por las nubes.
Y lo menciono porque así fue que surgió la idea. Hace unos días dos ómnibus chocaron en pleno centro de Buenos Aires y uno de ellos arrolló a una persona ya mayor que distraídamente circulaba por la vereda y que acaso había alcanzado avanzada edad poniendo atención en el cuidado de su salud. Con poca diferencia un auto se estrelló contra una pared aplastando a un señor con su hijo de 10 años y ambos murieron.
Casos de estos abundan y qué no decir de los que mueren víctimas de delitos, terremotos, tsunamis o juguetes envenenados.
Me parece que ya habría que empezar a hacer la salvedad con nuevas consignas: Si Ud tiene suerte y no muere a manos de un conductor desaprensivo, la locura de un delincuente o un evento catastrófico, sepa que puede alargar la vida con tales y cuales cuidados.
Recuerde: Los otros son perjudiciales para la salud.