¿Quién quiere ser Omar Chabán?. Está en cana hace más dos años, cuando haya juicio no lo salva ni Dios y si tuviera “la suerte” de salir libre, es probable que no vivirá para disfrutarlo, no al menos en este país. A Chabán tampoco nadie le va a sacar la cruz por los casi 200 muertos de Cromañón.
Otra vez ¿quién quiere ser Omar Chabán?. Nadie en su sano juicio. Excepto al parecer algunos enormes idiotas que viven en Bariloche y administran el llamado Gimnasio de Bomberos donde se realiza todo tipo de espectáculos, deportivos y artísticos, pero que no tiene condiciones de seguridad suficientes. Pero no cualquier condición. El Pedro Estremador –tal su nombre- es una ratonera, una trampa mortal en caso de alguna emergencia.
Tras Cromañón y la ola de refacciones que se propagó en todos lados, también el Gimnasio bomberil debió adaptarse. Se comprometieron las obras, pero pasó el tiempo y no fueron culminadas. Sigue siendo tan inseguro.
Hace poco hubo una inspección y salió mal. El Gimnasio fue clausurado para espectáculos comerciales (suelen ser multitudinarios) y se aplicó una multa. Los administradores con vocación “chabanesca” pusieron el grito en el cielo y movilizaron a los funcionarios de la intendencia para hallar una solución. “No tenemos plata” clamaron y fueron autorizados para –con suficientes prevenciones- realizar una presentación de Maximiliano Guerra que ya estaba comprometida.
Pero decidieron ignorar la clausura vigente (y el buen juicio) y se cortaron solos con un espectáculo de box y una bailanta. Muchísima gente.
Hoy enfrentan la clausura definitiva por esa avivada y amenazan con un piquete de autobombas en pleno Centro Cívico. El argumento: del alquiler del espacio se financian los bomberos voluntarios. No hay gimnasio…no hay bomberos.
Los funcionarios municipales, con buen tino, no quieren correr el riesgo de que se repita la historia. Detestarían convertirse en los “aníbales” de la Patagonia.
Mientras tanto, los chabanescos ni siquiera reparan en la contradicción de que ellos más que cualquiera deberían desvivirse por la prevención.
Alguien pensará…no debe ser barato hacer las reformas. La cifra que ellos mismos dan es de apenas 25.000 pesos. Probablemente lo que embolsan en una sola función.